La falsa paz
liberal, una paz mundana y sentimental que busca esquivar el combate contra los
enemigos del alma y de Dios, se ve confrontada simbólicamente por los animales,
como en una fábula que presenta en vivo el Creador. Para que no queden dudas
que los hechos desmienten las palabras bonitas pero fútiles lanzadas entre sonrisas
desde un prestigioso balcón. No puede haber paz donde no reina Cristo.
Una crítica de la
película aquí.