“Si cortamos con
Roma, somos
sedevacantistas”
sedevacantistas”
FORO CHRISTUS VINCIT
Y nosotros, en términos de reforma,
¿qué podemos hacer en esta crisis que dura? Estamos en un momento decisivo para
la Tradición y la Fraternidad. Crisis viene del griego crisis que
se aplica en medicina en el caso de un paciente al cual le llegó el momento de
decidir sobre su destino. ¿Se podrá curarlo de su enfermedad? Nosotros estamos
en ese punto donde hay que decidir sobre el futuro respecto al papa, a la
Iglesia. Entonces, ¿cómo actuar?
Hay que mirar cómo la Iglesia ha
actuado en el pasado. Actualmente, Suresnes, Monseñor Tissier, nos presionan,
meten una cierta presión para que nosotros hagamos una declaración clara, pura
y dura, una profesión de fe, que ponga los puntos sobre las íes. Ellos (ellos o
algunos…) piden que no discutamos con Roma pero que propongamos pequeños textos
basados en la doctrina. ¡Pero cuidado! (no es tan simple). En el Credo, ¡no
profesamos que renunciamos al Vaticano II y a la libertad religiosa!
Hemos consultado a algunos cofrades
sobre la oportunidad de la publicación de estas declaraciones con ocasión del
25 aniversario de las consagraciones; un cofrade francés nos escribió sobre la
utilidad de este texto inaudible para los clérigos modernos (dos declaraciones
firmes [final del Capítulo 2012, luego la declaración de los obispos en 2013],
recuerdan nuestra posición). Nuestras declaraciones permanecen inaudibles para
el clero moderno, incluso para aquellos que nos estiman, porque falta una
filosofía seria para comprendernos.
1er problema: sobre un
mismo texto, cada quien ve a su manera y los modernos no ven lo que nosotros
vemos. Ejemplo: con ocasión de la manifestación interreligiosa en Buenos Aires,
en memorial al ataque contra los judíos, nadie comprendió nuestra lucha contra
la libertad religiosa, pensaron que nosotros luchábamos en contra de los judíos
porque tenemos fieles muy inteligentes (que no penetraron el contexto y
hablaron en este sentido a la TV).
2do problema: ellos
desconocen el magisterio pre-conciliar (porque ellos/ y ellos) están sumergidos
por preocupaciones pastorales. Sus preocupaciones son totalmente diferentes de
las nuestras que nos enfocamos en el Vaticano II y la colegialidad… (Publicando
tal declaración) nosotros nos (complacemos/complaceríamos) a nosotros mismos y
no (hacemos/haríamos) avanzar las cosas.
La reforma consiste en trabajar, en hacer
circular « in capite et in membris » simultáneamente. In capite, es
respecto al Papa, a Roma y esto ha consistido en las discusiones doctrinales y
nuestros esfuerzos no fueron coronados por el momento. In membris, es respecto
a los fieles, a las parroquias, al clero conservador. Hay que intensificar el
contacto in membris ahora.
Remontándonos más lejos en la
historia, constatamos que la reforma carolingia consistió en la multiplicación
de iniciativas privadas que se elaboraron fuera del poder romano sin afrontarlo
y éste terminó por aprobarlo y legislarlo. El Papa no lanza la
iniciativa, sino que es la base quien la lanza, iniciativas que se propagan
hasta que la cabeza las toma por su cuenta para oficializarlas. Para esto es
necesaria una disposición suficiente de los inferiores para dejarse conducir,
si no la cabeza no puede tomar por su cuenta la reforma. El Motu Proprio es una
etapa, el papa no puede ir más rápido ni más lejos por el momento. Monseñor
dijo bien que son las cifras que hablarán. “De la historia no aprendemos nada”,
dijo? La gente siempre comete las mismas tonterías. El cambio vendrá de la
multiplicación de estas iniciativas, su encuentro y su unión.
(Es/de hecho, sobretodo) el
problema de Francia. Los franceses son quejumbrosos. El problema de Francia es
que tiene un espíritu Maurrasiano, cartesiano. El problema actual, es o abrirse
a los otros o recaer en uno mismo.Entonces, ¿cómo
vencer esta crisis?
Cuatro obispos, cuatro puntos de
vista…
-El primer grupo que sigue a Monseñor
de Galarreta, piensa que la Fraternidad es para una élite, el primer deber es
proteger nuestra obra, protegerla de la confusión debido al contacto con los
otros. Monseñor está decepcionado respecto a nuestras discusiones con Roma. En
la práctica, no a los contactos, protegemos lo que tenemos. En Roma son
cabezas, no imbéciles que no conocen más que el Vaticano II, dice el Padre
Pfluger. (Hay quienes se imaginan que harán un bocado de ellos durante las
discusiones)
-El segundo grupo es Monseñor
Williamson: Hablar con Roma ya es un signo visible de traición. Es un problema
personal el de Monseñor Williamson. Fue formado en un colegio donde se aprende
“a hacer lo contrario, a ver lo negativo”. Es también un problema psicológico
en su relación con Monseñor Fellay. Él jamás aceptó su superiorato. Siempre se
opuso. Ligado a su psicología, su pesimismo es ideológico: la naturaleza de la
juventud está tan corrompida que no puede recibir la gracia, por lo que hay que
restaurar primero la naturaleza…
Comentario: es ridículo. Ya no
podemos hacer nada y entonces provocamos por provocar, para que esto se mueva.
Hablar con el enemigo, es tener perdido el combate.
-El tercer grupo. (Monseñor Tissier,
Suresnes): los que tienen miedo. Ellos dicen: por principio, es demasiado
peligroso, Roma debe convertirse antes de cualquier acuerdo o regularización
canónica. Un (superior/padre) francés nos dijo: “Antes de cualquier contacto
con Roma, el papa debe convertirse, condenar el Vaticano II y consagrar Rusia a
Nuestra Señora”.
Análisis: En el fondo, es un problema
de temor, de miedo de tener contactos.Se llega hasta decir que, porque ellos
son modernistas, son nuestros enemigos. Estas condiciones (la conversión previa
de Roma), son ideales pero irreales. Un jefe jamás se desmiente de
un día para otro, hace falta tiempo.
Después del « escándalo »
de Asís, Monseñor Lefebvre no exigió al papa disculparse, sino que poco tiempo
después fue a Roma. Hay que referirse a las palabras de Monseñor Lefebvre en el
82 a los Estados Unidos donde se rebeló contra aquellos que rechazaron el misal
del 62 poniendo en duda la validez de los sacramentos:
Monseñor dijo: “Yo no puedo tolerar
este espíritu sectario, cismático que menosprecia el bien de los fieles. No es
conforme al pensamiento de la Iglesia”.
Se puede hacer la clonación con la
situación actual. No debemos ceder a la presión de aquellos que piensan así, no
hacer un problema personal sino recordar cuál es nuestra misión: (no debemos
engañarnos, de hecho). Si cortamos con Roma, somos sedevacantistas. La tesis de
Monseñor Tissier con un papa para dos Iglesias, es el ecclesiovacantismo ¡y es
inadmisible!