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jueves, 23 de enero de 2014

ESCANDALOSAS CONFERENCIAS DEL P. PFLUGER (parte 5)




“Si cortamos con Roma, somos 
sedevacantistas”


FORO CHRISTUS VINCIT


Y nosotros, en términos de reforma, ¿qué podemos hacer en esta crisis que dura? Estamos en un momento decisivo para la Tradición y la Fraternidad. Crisis viene del griego crisis que se aplica en medicina en el caso de un paciente al cual le llegó el momento de decidir sobre su destino. ¿Se podrá curarlo de su enfermedad? Nosotros estamos en ese punto donde hay que decidir sobre el futuro respecto al papa, a la Iglesia. Entonces, ¿cómo actuar?

Hay que mirar cómo la Iglesia ha actuado en el pasado. Actualmente, Suresnes, Monseñor Tissier, nos presionan, meten una cierta presión para que nosotros hagamos una declaración clara, pura y dura, una profesión de fe, que ponga los puntos sobre las íes. Ellos (ellos o algunos…) piden que no discutamos con Roma pero que propongamos pequeños textos basados en la doctrina. ¡Pero cuidado! (no es tan simple). En el Credo, ¡no profesamos que renunciamos al Vaticano II y a la libertad religiosa!

Hemos consultado a algunos cofrades sobre la oportunidad de la publicación de estas declaraciones con ocasión del 25 aniversario de las consagraciones; un cofrade francés nos escribió sobre la utilidad de este texto inaudible para los clérigos modernos (dos declaraciones firmes [final del Capítulo 2012, luego la declaración de los obispos en 2013], recuerdan nuestra posición). Nuestras declaraciones permanecen inaudibles para el clero moderno, incluso para aquellos que nos estiman, porque falta una filosofía seria para comprendernos.

1er problema: sobre un mismo texto, cada quien ve a su manera y los modernos no ven lo que nosotros vemos. Ejemplo: con ocasión de la manifestación interreligiosa en Buenos Aires, en memorial al ataque contra los judíos, nadie comprendió nuestra lucha contra la libertad religiosa, pensaron que nosotros luchábamos en contra de los judíos porque tenemos fieles muy inteligentes (que no penetraron el contexto y hablaron en este sentido a la TV).

2do problema: ellos desconocen el magisterio pre-conciliar (porque ellos/ y ellos) están sumergidos por preocupaciones pastorales. Sus preocupaciones son totalmente diferentes de las nuestras que nos enfocamos en el Vaticano II y la colegialidad… (Publicando tal declaración) nosotros nos (complacemos/complaceríamos) a nosotros mismos y no (hacemos/haríamos) avanzar las cosas.

La reforma consiste en trabajar, en hacer circular « in capite et in membris » simultáneamente. In capite, es respecto al Papa, a Roma y esto ha consistido en las discusiones doctrinales y nuestros esfuerzos no fueron coronados por el momento. In membris, es respecto a los fieles, a las parroquias, al clero conservador. Hay que intensificar el contacto in membris ahora.

Remontándonos más lejos en la historia, constatamos que la reforma carolingia consistió en la multiplicación de iniciativas privadas que se elaboraron fuera del poder romano sin afrontarlo y éste terminó por aprobarlo y legislarlo. El Papa no lanza la iniciativa, sino que es la base quien la lanza, iniciativas que se propagan hasta que la cabeza las toma por su cuenta para oficializarlas. Para esto es necesaria una disposición suficiente de los inferiores para dejarse conducir, si no la cabeza no puede tomar por su cuenta la reforma. El Motu Proprio es una etapa, el papa no puede ir más rápido ni más lejos por el momento. Monseñor dijo bien que son las cifras que hablarán. “De la historia no aprendemos nada”, dijo? La gente siempre comete las mismas tonterías. El cambio vendrá de la multiplicación de estas iniciativas, su encuentro y su unión.

 (Es/de hecho, sobretodo) el problema de Francia. Los franceses son quejumbrosos. El problema de Francia es que tiene un espíritu Maurrasiano, cartesiano. El problema actual, es o abrirse a los otros o recaer en uno mismo.Entonces, ¿cómo vencer esta crisis?

Cuatro obispos, cuatro puntos de vista…

-El primer grupo que sigue a Monseñor de Galarreta, piensa que la Fraternidad es para una élite, el primer deber es proteger nuestra obra, protegerla de la confusión debido al contacto con los otros. Monseñor está decepcionado respecto a nuestras discusiones con Roma. En la práctica, no a los contactos, protegemos lo que tenemos. En Roma son cabezas, no imbéciles que no conocen más que el Vaticano II, dice el Padre Pfluger. (Hay quienes se imaginan que harán un bocado de ellos durante las discusiones)

-El segundo grupo es Monseñor Williamson: Hablar con Roma ya es un signo visible de traición. Es un problema personal el de Monseñor Williamson. Fue formado en un colegio donde se aprende “a hacer lo contrario, a ver lo negativo”. Es también un problema psicológico en su relación con Monseñor Fellay. Él jamás aceptó su superiorato. Siempre se opuso. Ligado a su psicología, su pesimismo es ideológico: la naturaleza de la juventud está tan corrompida que no puede recibir la gracia, por lo que hay que restaurar primero la naturaleza…

Comentario: es ridículo. Ya no podemos hacer nada y entonces provocamos por provocar, para que esto se mueva. Hablar con el enemigo, es tener perdido el combate.

-El tercer grupo. (Monseñor Tissier, Suresnes): los que tienen miedo. Ellos dicen: por principio, es demasiado peligroso, Roma debe convertirse antes de cualquier acuerdo o regularización canónica. Un (superior/padre) francés nos dijo: “Antes de cualquier contacto con Roma, el papa debe convertirse, condenar el Vaticano II y consagrar Rusia a Nuestra Señora”.

Análisis: En el fondo, es un problema de temor, de miedo de tener contactos.Se llega hasta decir que, porque ellos son modernistas, son nuestros enemigos. Estas condiciones (la conversión previa de Roma), son ideales pero irreales. Un jefe jamás se desmiente de un día para otro, hace falta tiempo.
Después del « escándalo » de Asís, Monseñor Lefebvre no exigió al papa disculparse, sino que poco tiempo después fue a Roma. Hay que referirse a las palabras de Monseñor Lefebvre en el 82 a los Estados Unidos donde se rebeló contra aquellos que rechazaron el misal del 62 poniendo en duda la validez de los sacramentos:

Monseñor dijo: “Yo no puedo tolerar este espíritu sectario, cismático que menosprecia el bien de los fieles. No es conforme al pensamiento de la Iglesia”.

Se puede hacer la clonación con la situación actual. No debemos ceder a la presión de aquellos que piensan así, no hacer un problema personal sino recordar cuál es nuestra misión: (no debemos engañarnos, de hecho). Si cortamos con Roma, somos sedevacantistas. La tesis de Monseñor Tissier con un papa para dos Iglesias, es el ecclesiovacantismo ¡y es inadmisible!