Número
CCCXXXVII (337)
28
de diciembre 2012
BILLOT II
Mons.
Williamson
No
es solamente basado en los nombres de las siete iglesias de Asia (cf.
“Comentario” #), sino también basado en el contenido de las siete Cartas
dirigidas a ellas (Apoc. II y III) que el Cardenal Billot establece la conexión
entre las Cartas y siete períodos principales de la historia de la Iglesia. De
especial interés en este sentido es la Carta a la iglesia de Sardes (Apoc.III,
1-6) que correspondería a nuestra propia Edad, la quinta, la Edad de la
Apostasía. Después de evocar la riqueza, lujuria y prosperidad material
asociadas con Creso, famoso gobernante de Sardes, Billot escribe:-
“Como
es de esperarse, esta iglesia parece estar en un estado de declinación
espiritual. La Apostasía y la decadencia están por todos lados, pero, mientras
que la mayoría de las almas abandonan la religión, hay unas pocas que
permanecen fieles a Cristo. El ángel dice, ‘Con todo, tienes en Sardes algunos
pocos nombres que no han manchado sus vestidos’. Pero: ‘Se te tiene por
viviente, pero estás muerto!’ El nombre (pero no la realidad) de la vida, del
conocimiento, de la libertad, de la civilización, del progreso; y estás muerto,
sentado en la oscuridad y a la sombra de la muerte porque, la luz de vida, la
cual es Nuestro Señor Jesucristo, ha sido rechazada. De allí que al Obispo de
Sardes se le dice: ‘Ponte alerta y consolida lo restante, que está a punto de
morir’. Y, por sobre todo, se le recomienda afe rrarse indefectiblemente a
todas las tradiciones de los Santos Apóstoles, sin desviarse en lo más mínimo
del significado que ellas tenían para los Padres de la Iglesia, con la excusa
de, o bajo la apariencia de, un entendimiento más profundo: ‘Recuerda, pues, tal
como recibiste y oíste; y, guárdalo, y arrepiéntete’. Eso basta en cuanto a la
Quinta Edad. Pero lo que sigue es para regocijarse un poco más”. Y el Cardenal
sigue su camino con las Sexta y Séptima Edades.
Los
lectores que nunca han leído los siete primeros versículos del Apocalipsis III
en conexión con nuestros propios tiempos, estarían interesados en hacerlo. La
conexión es notable y no co-incidental.
Es
notable porque “consolida lo restante, que está a punto de morir” corresponde
exactamente a la Contra-reformación salvando del Protestantismo al Catolicismo,
a los Papas anti-liberales salvando de la Revolución al remanente de la
Iglesia, al Arzobispo Lefebvre (y otros) rescatando del Vaticano II a la
Tradición, y, ahora, a la Resistencia batallando para salvar lo que se pueda
salvar de su Fraternidad colapsando en el liberalismo. Seguramente los
Católicos pueden sentirse animados desde esta perspectiva, que su larga y
aparentemente desesperanzada acción de retaguardia viene de un pasado distante
y encaja, ciertamente, en un futuro al final triunfante. Es por ello que Dios
nos ha dado el libro del Apocalipsis.
Tampoco
es la conexión co-incidental. Nuestro Señor prometió a Sus Apóstoles
(Jn.XVI,12-14) que Su Espíritu, el Espíritu Santo estaría con ellos y con sus
sucesores a lo largo de las edades para revelarles a ellos lo que ellos en
aquel momento solamente necesiten saber. Fue solamente cuando la Guerra de los
Treinta años (1618-1648) estaba estragando Alemania, que al Venerable
Holzhauser se le fue dado el entendimiento de las Siete Edades escondidas
dentro de las Cartas a las siete iglesias de Asia. Así mismo fue solamente
cuando la Revolución Rusa estaba justo por estallar, que necesitamos a Nuestra
Señora asegurándonos en Fátima que al final Su Corazón Inmaculado triunfará.
Cierto, la Iglesia está siendo, en este preciso momento, eclipsada (ver en
Internet los fragmentos de la película de la Misa pública celebrada
recientemente en Brasil por el ho mbre de Iglesia en blanco), pero, aún así, no
hay necesidad ni justificación para que nosotros devengamos liberales.
Kyrie eleison.