Páginas

jueves, 10 de octubre de 2013

¿UN MASÓN CASI SE CONVIERTE EN PAPA? LA HISTORIA DEL CARDENAL RAMPOLLA


Cardenal Mariano Rampolla del Tindaro (1843-1913)


Por Craig Heimbichner

Reproducción del artículo en inglés: “Did a Freemason Almost Become Pope? The Story of Cardinal Rampolla”', publicado en el periódico Catholic Family News; Agosto de 2003; Niagara Falls; New York; EE.UU.
Patria Argentina Nº 223, Junio 2006.


La vida dentro de la iglesia no está inmune de la enfermedad de las modas pasajeras, ya sean éstas meras rarezas o herejías absolutas. Sin embargo, de vez en cuando, algo realmente significativo es desechado como una moda, cuando el rechazo en sí mismo es una estupi­dez. Tal es la actitud habitual de algunos sec­tores, respecto a la resurrección de viejas acu­saciones respecto de las intrigas masónicas dentro de la Iglesia. Lo que alguna vez fue un temor generalizado, el fantasma de maquina­ciones de infiltrados de las logias en parro­quias (o incluso en el Vaticano mismo), se encuentra ahora bajo ataque, como un rema­nente de la locura de aquellos días, cuando propagandistas y embaucadores se aprovecha­ron de la presunta credulidad y paranoia del Vaticano. Esto incluso se sostiene como verdadero en una de las más famosas y olvi­dadas historias relacionadas con la elección de un Papa: cuando falleció el Papa León XIII, se dice que un masón casi fue elegido como su sucesor. Esta antigua historia se repitió ampliamente en las décadas que siguieron al Concilio Vaticano II, pero que últimamente ha sido descartada ampliamente como un ru­mor falso y que disfruta de una actitud escép­tica frente a cualquier investigación [3). Este artículo estudiará si es que existen o no prue­bas históricas confiables que afirmen que el Cardenal Rampolla, quien estuvo cerca de ser elegido Papa, era verdaderamente masón. La respuesta podrá dejar anonadado hasta al más veterano de los escépticos.
¿Quién era este misterioso Cardenal que se encontraba en camino al Papado? El Car­denal Mariano Rampolla del Tindaro (1843- 1913) nació el 17 de agosto de 1843 en Polizzi, diócesis siciliana de Cefali. Realizó sus estudios en la facultad de Capranica, Roma, y luego de haber tomado las ordenes sagradas, estudió diplomacia en el Colegio de los No­bles Eclesiásticos. En 1875, el padre Rampo­lla fue nombrado Concejal de la Nunciatura Papal en Madrid. Dos años más tarde se re­quirió en Roma la presencia del Padre Ram­polla, donde se convirtió en Secretario de Pro­paganda para los Asuntos Orientales y para los Asuntos Eclesiásticos Extraordinarios. Posteriormente, en 1887, se lo consagró Arzobispo titular de lleradea. Cuando volvió a Roma, fue Secretario de Estado del Papa León XIII, un declarado opositor de la Masonería. Como Se­cretario de Estado de León XIII, el Cardenal Rampolla fue visto por muchos como alguien nuevo en el Colegio Sagrado y, por lo tanto, libre de las preconcepciones tradicionales — y para otros, tan solo el hombre encargado de ejecutar la política del Papa.
Durante una era turbulenta, desgarrada por la guerra y la tensión en Europa, el Carde­nal Rampolla trabajó activamente en la políti­ca exterior durante su servicio con el Papa León XIII. En su favor, el Cardenal reestableció las relaciones del Papado con Alemania. Estos eran tiempos de guerra, momentos en los que Europa sabía que estaba sentada so­bre un barril de pólvora. Bismarck organizó la Triple Alianza entre los años 1878 y 1882, uniendo Alemania, Austria e Italia para defen­derse en caso de que Francia iniciara una gue­rra de venganza y tratara de recobrar Alsacia y Lorena. No obstante, en 1890 Francia se alió con Rusia. Para bien o para mal, el Cardenal Rampolla fue considerado responsable del acercamiento entre Francia y Rusia, por lo tanto, recogió todas las sospechas por parte de Austria, donde algunos lo calificaban como demasiado bien dispuesto hacia los eslavos ca­tólicos de Croacia, Carniola, Bohemia y de otras partes de la monarquía. Esta sombra de resentimiento lo seguiría en el próximo cón­clave papal y aún más lejos.
Sin embargo, también le seguirían otras sombras, inclusive la increíble acu­sación de que era masón. Para examinar los antecedentes de esta cercana e increí­ble historia, revisemos algunos de los hechos relacionados con la masonería del tiempo de León XIII y su posterior­mente célebre Cardenal.

Lucifer: “Fuente de Luz" de la masonería

La masonería data oficialmente de 1717, en el momento que se fusionaron las cuatro logias en la Devil’s Tree Tavern (Taberna de Árbol del Diablo) de Londres, con la finali­dad de formar la primera Gran Logia. Vista ampliamente como una institución fraternal de benevolencia, la masonería se define como un sistema de moralidad velada con símbo­los, y empeñada en la búsqueda de la “Luz". Sin embargo, esta definición, como la histo­ria oficial de la masonería, es una historia encubierta. La historia ha engañado a gene­raciones de masones que se han unido ino­centemente y contribuyeron al buen nombre de la institución, en gran parte ocultando con su ignorancia la verdadera naturaleza de la Logia, naturaleza que solamente es conocida por sus verdaderos líderes.
Uno de esos líderes fue el Gran Maestro Albert Pike (1859-1891). Su estatua, que se encuentra en Washington D.C. es un testimo­nio destacado de su gran influencia. Albert Pike dirigió la rama políticamente más influ­yente de los altos grados de la masonería (la que confiere grados superiores como una “in­terpretación” sobre aquellos de la Gran Lo­gia). Siendo Gran Maestro del Rito Escocés, Pike escribió en 1871 (poco tiempo antes del pontificado de León XIII) sobre la verdadera naturaleza de la “Luz” que persiguen los ma­sones. En sus voluminosos tomos, Morales y Dogmas, tradicionalmente entregado a los masones de más altos grados, Pike declara: “¡LUCIFER, el Portador de Luz!" ¡Nombre misterioso y extraño que le dan al Espíritu de la Oscuridad! ¡Lucifer, el Hijo de la Mañana! ¿Es él quien porta la luz...1. ¡iNo lo dude!” [41.
Se declara en el principal manual de Pike que este secreto diabólico y blasfemo también se oculta a los miembros de grados inferio­res. El Gran Maestro es sincero respecto a los Grados Azules (los grados de la Logia Azul ordinaria): “Los Grados Azules no son más que el patio externo o pórtico del Templo. Parte de los símbolos son mostrados [sic] a los ini­ciados, pero se los engaña deliberadamente con falsas interpretaciones. No se busca que los entiendan, pero sí que se imaginen que los entienden. La verdadera explicación es reservada a los Adeptos, los Príncipes de la Masonería... Es lo suficientemente bueno para la masa de los llamados masones, imagi­nar que todo está contenido en los Grados Azules, y quien intente contarles la verdad, tra­bajará en vano...” |5l
Pike expresa crudamente los planes cons­pirativos de los verdaderos dirigentes de la masonería: “...dentro de poco el mundo ven­drá hacia nosotros por sus Soberanos y Pontí­fices. Constituiremos el equilibrio del univer­so, y gobernaremos a los Amos del Mundo". [6] Este ataque contra la Iglesia y el Estado está simbolizado en el Grado 30, el grado de los Caballeros Kadosh (que en hebreo signifi­ca “consagrados”), durante el cual el candi­dato apuñala de manera ritual a una tiara pa­pal simulada, junto a una corona -también simulada- colocada sobre dos calaveras hu­manas, al tiempo que gritan "muera la im­postura!" [7].
El sistema de protección y preferido de la masonería, el engaño y la subversión —que se han extendido como un cáncer en toda Europa y en los EE.UU.— se revela hasta en los grados inferiores, donde el candidato pro­nuncia espeluznantes juramentos de muerte sobre la Biblia (lo que de por sí es un acto sacrílego), de encubrir a los compañeros masones y de considerarlos con preferencias para los empleos. [8] El tercer grado básico exceptúa "el asesinato y la traición" de aque­llos ocultamientos, mientras que el séptimo o Grado del Arco Real —considerado la finali­zación del tercero— altera de manera signi­ficativa el juramento para ser “sin excepcio­nes” [9] Este cambio implica que el oculta­miento de los "secretos” de los compañeros masones debe cubrir el asesinato y la traición, si es requerido. Funcionando como un sindi­cato del crimen, este sistema domina la vida política y judicial en Inglaterra y de EE.UU. Para el lector atento, los hechos menciona­dos también arrojarán "luz" a muchos hechos políticos recientes.
Se declara en el principal manual de Pike que los máximos maestros de la masonería se revelan a través del claro simbolismo del ter­cer grado, durante los cuales el candidato es ritualmente acompañado durante un compro­miso dramático a reconstruir el Templo de Salomón —la aspiración del judaísmo desde su destrucción, predicha por Nuestro Señor [10] y cumplida en el año 70 d.c. Si alguna duda queda sobre los verdaderos amos y fines de la Masonería, debe ser removido durante el Grado del Arco Real: durante la promulga­ción del ritual del Arco Real de “exaltación” del candidato, se recitan las inequívocas lí­neas, “Por el bien de la Masonería, en general, pero por la nación judía en particular" (11). El servilismo de la Masonería "a la na­ción judía en particular” —o, uno puede de­cir, a los pretendientes judíos modernos [12] — es más evidente con los símbolos de la es­cuadra y el compás presentes en cada una de las Logias. Esta escuadra y el compás son por sí misma un oculto hexagrama incompleto de la Cábala del judaísmo. El hexagrama [13] a su vez, es falsamente llamado Estrella de Da­vid, a pesar de que este símbolo oculto no tie­ne absolutamente nada que ver con el Rey Da­vid ni con el Antiguo Testamento [14]. Adoptado por el Segundo Congreso Sionista en Suiza, 1898, el hexagrama se ha vuelto desde enton­ces conocido como el símbolo del Estado de Israel. El mismo constituye el enlace simbóli­co que une los símbolos más básicos de las Logias y el símbolo judaico más reconocido, es un último Indicio poderoso de que la ver­dadera historia de la Masonería es mucho más complicada que la historia encubierta de la Logia, y de hecho, se entrecruza con el judaísmo, a pesar de que la historia es demasiado compleja como para exponerla en el espacio de este artículo.
Los Papas conocían muy bien todos los hechos esenciales mencionados, por ello co­menzaron (con Clemente XII) a condenar la masonería en 1738, poco después de su ini­cio formal. Dicha condena fue posteriormen­te reforzada por muchos Papas más, culmi­nando en la condena más profunda, la Encíclica Humanum Genus de León XIII (20 de abril de 1884).
¿Cómo sabían los Papas la verdadera na­turaleza de la Masonería? Entre muchas pro­bables respuestas, una de ellas vale un comen­tario especial. El gobierno pontifical del Papa Gregorio XVI capturó documentos de la Logia Masónica, conocida como Alta Vendita. El Papa Pío IX le dio a Jacques Crétineau-Joly (1803-1875), periodista e historiador, permi­so para publicar en su libro La Iglesia y la Revolución, las copias de los documentos y la correspondencia de la Alta Vendita. En oc­tubre de 1884, aproximadamente seis meses después de la aparición de la Humanum Ge­nus, se reiteraron estos mismos documentos con comentarios totalmente históricos en una serie de conferencias que dio Monseñor George F. Dillon en Edimburgo, Escocia. Estas con­ferencias impresionaron de tal manera a León XIII que las publicó y distribuyó a su propio costo.
Los documentos de Alta Vendita son nota­bles, en el punto que declaran expresamente un plan de infiltración y destrucción de la Igle­sia Católica, plan que (fue afirmado) podría llevar un siglo en llevarse a cabo. Algunas ci­tas son típicas: “Nuestro fin último es el mis­mo que tenía Voltaire y la Revolución france­sa —la destrucción final del Catolicismo, e incluso de la idea cristiana... El Papa, quien quiera que sea, nunca vendrá a las socieda­des secretas; son las sociedades secretas las que deben dar el primer paso hacia la Iglesia, con la idea de conquistar a ambos. La tarea que vamos a emprender no es el trabajo de un día, un mes o un año, puede durar varios años, quizás un siglo, pero en nuestras filas los soldados mueren y la lucha continúa... Lo que deberemos pedir, lo que debemos bus­car y esperar, así como los judíos esperan el Mesías, es un Papa de acuerdo a nuestras ne­cesidades. .. Uds. lograrán a bajo costo y por sus medios, una reputación como buenos ca­tólicos y patriotas puros. Tal reputación facili­tará el acceso de nuestras doctrinas entre el clero más joven, así como también en lo más profundo de los monasterios. En unos pocos años, por fuerza de las cosas mismas, este cle­ro joven habrá invadido todas las funciones; formarán parte del consejo del soberano y serán llamados para elegir el Pontífice que rei­nará..." [15]
En contraposición a este panorama de guerra espiritual y revolución originado en las Logias Masónicas —lo que el Papa Pío IX lla­mó la "Sinagoga de Satanás"— León XIII pu­blicó su atronadora encíclica contra la maso­nería. Incluso su propio Secretario de Estado, tan cercano a él, sería luego acusado de per­tenecer a una de las sectas mis diabólicas de esta red infernal de subversión.


Símbolo o sello del OTO.

Sorprendentemente, los aspectos más os­curos de la Masonería, los altos grados del Rito Escocés, nunca fueron enseñados en pro­fundidad. Albert Pike escribe que “La ciencia oculta de la Antigua Magia... se encuentra encerrada en enigmas que parecen impene­trables, en los Ritos de la Masonería Superior” [16] Esto es un hecho que aún en el grado 33 no se transmite el estudio oculto. [17]
Entonces, ¿dónde se encuentra la Maso­nería Superior que en realidad Pike decía que practicaba?


La respuesta poco conocida es que la Ma­sonería Superior se encuentra en las Logias ocultas, las dos principales de las cuales fue­ron (y son) la Orden Hermética del Renacer Dorado, fundada por los masones en Inglate­rra (1888), y la Argenteum Astrum, la Orden mágica conectada con la Academia Masónica conocida como Ordo Templis Orientis (Or­den del Templo de Oriente), o simplemente OTO. Esta última logia creció por las activida­des incipientes del masón Kart Keller a fines del Siglo XIX y fue luego formalizada por el masón Theodor Reuss a principios de los años 1900. Su miembro más célebre fue el funda­dor de Argenteum Astrum o Estrella de Plata, la “Gran Bestia" Aleister Crowley, espía britá­nico y abuelo del satanismo moderno. La OTO existe en la actualidad en aproximadamente cuarenta países y se ha unido a la Iglesia Ca­tólica Gnóstica Francesa, [18] cuyas celebra­ciones se realizan cada domingo al “anochecer” en todo el mundo. La propia misa gnóstica no fue escrita por otro más que por el mismo Aleister Crowley y aprobada por Theodor Reuss en 1920 para todos los miem­bros de la OTO.

El veto austríaco

Entre este pantano oscuro de intriga Satá­nica y anticristianismo masónico-cabalístico, el Papa León Xlll falleció el 20 de julio de 1903. Al mismo tiempo que llegaban los elo­gios al Pontífice, del Rey Eduardo y del Káiser Guillermo, comenzaron los preparativos al solemne cónclave que debía elegir al sucesor de la Silla de Pedro. El Cardenal Rampolla surgió liderando la votación. Imprevistamen­te el cónclave fue interrumpido por una con­moción: el Cardenal Puzyna, Obispo de Cracovia (entonces dentro del Imperio Austría­co) se irguió para dar una declaración que dejó anonadada a la asamblea. Utilizando el latín declaró, "... oficialmente y en nombre y por la autoridad de Francisco José, Empera­dor de Austria y Rey de Hungría, que Su Ma­jestad, en virtud de un antiguo derecho y pri­vilegio, pronuncia el veto de exclusión contra Su Eminencia Reverendísima, el Cardenal Mariano Rampolla del Tindaro,” [19].
Se trataba del casi olvidado Derecho de Exclusión, o Jus Exclusivae, posiblemente originado a partir del Siglo XVI; pero que se­guramente fue debatido en el siglo siguiente. Alrededor de mediados de este último siglo, los tratados comenzaron a aparecer hablan­do del Jus Exclusivae, y el uso repetido del mismo fue realizado en cónclaves posteriores, -por emperadores alemanes y austríacos, y reyes españoles- a partir de 1721 hasta 1903, siendo la exclusión del Cardenal Rampolla la última vez en la cual se hizo ejercicio de este Derecho.
Fueron varias las razones que se han ale­gado para el establecimiento general deI Jus Exclusivae, desde las puramente políticas hasta el descuido Católico y la protección del Papado. En cierto modo, las profundas creen­cias del antiguo Sacro Imperio Romano lo hacían funcionar de una manera tan protec­tora. Es posible que un emperador devoto o un rey con información vital pudieran haber ejercido el Derecho con integridad, con el objeto de proteger la Silla de Pedro de un can­didato corrupto.
En el caso del Cardenal Rampolla, los motivos del veto se encuentran todavía sujetos a debate. Lo que no es debatido es el re­sultado: el Cardenal Rampolla manifestó su oposición, se volvió a votar, y finalmente el candidato que había obtenido el segundo lu­gar fue elegido Papa. Éste Cardenal -Giuseppe Melchiorre Sarto, Cardenal de Venecia- Papa a los sesenta y ocho años, eligió el nombre de Pío X. Como lo había previsto la Providencia, a pesar de la protesta humilde del Cardenal Sarto por su elección, fue escogido el hom­bre correcto. El Papa Pío X fue el último Papa que ha gobernado la Iglesia con el cuidado de un Santo canonizado.
¿Pero más allá de la Providencia, cuáles fueron los motivos humanos de la exclusión del Cardenal Rampolla? ¿El movimiento fue una demostración de poder astuta y cínica - por parte de Austria- o un emperador atento salvó a Roma de un intento de usurpación masónica?
Siempre podrían alegarse motivos políti­cos; en efecto, las causas normales de tan gran­des acontecimientos son normalmente resuel­tos políticamente. Aquellos que abogan por un análisis puramente político presentan va­rias consideraciones. Primero, habiendo co­nocido el Papa Pío X que el Cardenal Rampo­lla era un masón, seguramente no lo habría mantenido en ningún cargo. Segundo, se ar­gumenta que sólo en 1929, después del pon­tificado de Pío X, surgen los rumores sobre la presunta afiliación masónica del Cardenal Rampolla [20]. Finalmente, el Cardenal Ram­polla fue percibido, particularmente en re­uniones episcopales [21], como alguien que había frustrado los deseos de Hungría, pro­porcionando a Francisco José los motivos para la venganza.
El análisis previo resultaría de la ausencia de una prueba persuasiva directa de lo con­trario. Sin embargo, existe la prueba directa de que el Cardenal Rampolla no fue un sim­ple masón, sino un miembro de la diabólica Academia Masónica, del OTO mismo. Segun­do, la ignorancia del mencionado análisis ex­plica la intervención hecha por Monseñor Jouin. Permítannos comenzar con el aconteci­miento último.
Monseñor Ernesto Jouin (1844-1932), enemigo implacable de la Masonería, era Protonotario Apostólico y Párroco de San Agustín en París, Francia. En 1913, fundó la Liga de Católicos Franceses (Franco-Catholique Li­gue) para la defensa patriótica y social. El 23 de marzo de 1918. Monseñor Jouin también fundó, con la aprobación de la Santa Sede, la Revista Internacional de Sociedades Secre­tas (Revue Internationale des Sociélés Se­cretes). De este modo, Monseñor Jouin alcan­zó la reputación de una suerte de Sherlock Holmes clerical, capaz de descubrir la intriga Talmúdica y Masónica. A tal efecto, acuñó el término apropiado “judeo masónico". En una audiencia privada, el Papa Pío XI pidió a Mon­señor Jouin que continuara su combate con­tra la Masonería. En 1918, el Papa Benedicto XV elogió a Monseñor Jouin por arriesgar su vida para combatir las sectas Masónicas; un año más tarde -el 20 de junio de 1919- el Va­ticano formalmente lo elogió, en una carta fir­mada por el Cardenal Gasparri, Secretario de Estado. La nota concluyó con las palabras. "Su Santidad se complace en felicitarlo y animarlo con su trabajo, cuya influencia es tan Importante en alertar a los fieles y en ayudarlos a luchar con efi­cacia contra las fuerzas apuntadas a la destrucción no solamente de la reli­gión, sino de la totalidad del orden social” [22].
Se comenta que Monseñor Jouin había recurrido personalmente al Emperador Fran­cisco José para pedirle que invocara el Jus Exclusivae, teniendo algunas pruebas de que el Cardenal Rampolla tenía por lo menos una afinidad cercana con la Masonería [23] El mismo OTO, en el boletín de noticias de noviembre de 1999 de la Logia de Thelema en Berkeley, California, reconoce que Monseñor Jouin acusó al Cardenal Rampolla de perte­necer al OTO [24].

Ordo Templi Orientis

¿Hay pruebas de que Monseñor Jouin es­taba en lo correcto sobre el Cardenal Rampo­lla? La respuesta es sí; el mismísimo Manifies­to del OTO -que proclamó la existencia del OTO al mundo Masónico- lo confirma.
La fecha del Manifiesto ha sido objeto de debate dentro de las ramas modernas del OTO, siendo reconocida la fecha más temprana la de 1912 [25], y otras posteriores, incluyendo las de 1917 [26] y 1919. La investigación más común y extensa de los documentos del OTO es un estudio actual de Peter Koenig, de Sui­za. Koenig cita un Manifiesto inicial en 1912, y otro posterior en 1919 [27]. Es el último documento -Liber LII- el que contiene el nom­bre del Cardenal Rampolla, con bastante anti­cipación a la fecha original de 1929, recla­mado por escritores Católicos desinformados, que procuran desacreditar la conexión Rampolla-OTO.
El Manifiesto del OTO fue publicado en el diario Masónico de Reuss: "The Oriflamme" [1] Este periódico no fue muy conocido - como es típico de las publicaciones Masóni­cas- pero la información permaneció como algo relativamente interno de la misma ma­sonería. El Manifiesto principalmente procu­ró establecer la supremacía del OTO como una “Academia Masónica” (“Masonic Aca­demy") -una especie “de escuela de gradua­dos” para la masonería. Las ediciones están­dares del “Equinoccio Azul (“Blue equinox"), una importante colección posterior de documentos oficiales del OTO, han con­tenido el Manifiesto y continuaron llevando el nombre del Cardenal Rampolla.
El Manifiesto afirma que el OTO es “un cuerpo de iniciados en cuyas manos están concentradas la sabiduría y el conocimiento de los siguientes cuerpos:
“1. La Iglesia Católica Gnóstica.
2. La Orden de los Caballeros del Espíritu Santo.
3. La Orden de los Illuminati.
4. La Orden del Templo (Caballeros Tem­plarios).
5. La Orden de los Caballeros de San Juan.
6. La Orden de los Caballeros de Malta.
7. La Orden de los Caballeros del Santo Sepulcro.
8. La Iglesia Oculta del Santo Grial.
9. La Hermandad Hermética de la Luz.
10. La Orden de la Santa Rosa Cruz de Heredom.
11. La Orden del Santo Arco Real de Enoch.
12. El Antiguo y Primitivo Rito de la Maso­nería (33 grados).
13. El Rito de Memphis (97 grados).
14. El Rito de Mizraim (90 grados).
15. El Antiguo y Aceptado Rito Escocés de la Masonería (33 grados).
16. El Rito Swedenborgian de la Masone­ría |2],
17. La Orden de los Martinistas.
18. La Orden de Sat Bhai, y muchas otras órdenes de igual mérito, aunque de menos fama.
“Esto no incluye el A.A. [28], con cuyo cuerpo augusto está, no obstante, en alianza cercana.
“Esto de ningún modo infringe los justos privilegios de los Cuerpos Masónicos debida­mente autorizados." [29]
Estas son pretensiones ostentosas. Theodor Reuss, en efecto, había conseguido cartas (principalmente del masón inglés John Yarker) de varias organizaciones Masónicas y había procurado juntarlas dentro del OTO. Al mismo tiempo, Reuss estuvo afanosamente comprometido en el renacimiento de la célebre Orden bávara de los Illuminati de Adán Weishaupt. Estaríamos muy lejos de discutir la legitimidad de cada una de las pretensio­nes de la lista enunciada más arriba; basta decir que los puntos más fuertes de la inicia­ción Masónica fueron ingeniosamente condensados de los 33 grados típicos (o los 97 y 90 grados de los Ritos Memphis y Mizraim, respectivamente), en los seis primeros grados del OTO. Los tres primeros grados son en gran parle equiparables a la típica Logia Azul; el cuarto grado comunicó el Arco Real, secreto “nombre de Dios", una combinación blasfe­ma que significa Yavé, Baal y Osiris (“Jah-Bul- On"); el quinto comunicó la iniciación Rosacruz que se burla de la misa, incluso piso­tea un crucifijo; [30] y el sexto comunicó el de Caballeros Templarios de grado Kadosch, en el cual la tiara y la corona papal -coloca­das sobre cráneos- son atacadas simbólica­mente. Con estos seis grados, el OTO llevó rápidamente al masón aspirante, a través de la esencia de la iniciación, a la penúltima “luz” ofrecida en las Logias ordinarias de grados altos.
Sin embargo, el OTO comunicó algo más en sus grados superiores. El séptimo grado enseñó la teoría, pero el octavo hasta el final del noveno inició al candidato en uno de los secretos más celosamente guardados de la depravación Cabalística, conocida como “sexo mágico" [31]. Recientes investigaciones de los orígenes del OTO indica que esta tradición fue probablemente transmitida vía la Hermandad Hermética de la Luz (puesto en la lista en el Manifiesto; N° de orden 9) por Louis Maximi­lian Bimstein, hijo del de Rabino Judes Lion Bimstein, que fue conocido por el nombre “Max Theon" (“Dios Supremo") y recibió la iniciación Hassidica en Polonia [32]. El déci­mo grado comunicó el control masónico ocul­to sobre las Logias del OTO en un país o gru­po de países (Aleister Crowley era "Rey Su­premo y Santo de Irlanda, lona, y de todos los británicos que están en el Santuario de la Gnosis"). El décimoprimer grado implicó la sodo­mía, y el control total mundial del OTO fue llamado el OHO, o la Cabeza Externa de la Orden (“Outer Head of the Order"). Theodor Reuss fue el OHIO; más tarde Crowley recla­maría ese papel para él.

El Cardenal Rampolla y el OTO

Para establecer su supremacía oculta y au­tenticidad del linaje, el OTO publicó muchos nombres en la lista del Manifiesto. Como es tí­pico en el saber Masónico y oculto, muchos nombres antiguos fueron puestos en una lista para establecer una afinidad simbólica y, con­secuentemente, prestigiar a la Logia con la dig­nidad de dichos nombres. Es así como fueron incluidos "Simon Magus" y "Apollonius Tyanaeus", no porque estos hombres pertenecie­ran al OTO, sino porque ellos estuvieron aso­ciados en forma destacada con el gnosticismo, el misticismo pagano, el misterio, la herejía, o alguna alternativa relevante del cristianismo. De allí que el Manifiesto introduzca esta lista de­clarando que “en tiempos más remotos, los constituyentes originales de las asambleas del OTO incluyó a tales hombres...".
El Manifiesto entonces atrae nuestra aten­ción, al interrumpir la lista con las palabras, "y recientemente…” Los nombres que siguen son exactamente catorce. Entre ellos se en­cuentra el del Cardenal Rampolla.
Es verdad que estos nombres no necesa­riamente indican la estricta pertenencia al OTO - y en algunos casos, por el orden cronológi­co, no podrían hacerlo. Pero el Manifiesto no afirma que los hombres mencionados en la lista fueran miembros; sólo que "los constitu­yentes originales de las asambleas del OTO incluyeron a tales hombres." Un nombre, en­tonces, como Wolfgang von Goethe tiene al­gún sentido, ya que es conocido que Goethe fue masón (aunque más tarde repudiara la Masonería). Su fiesta de la Noche de Walpurgis en Fausto mostraría ciertamente que, al menos en la literatura, él comunicó el tipo de nociones más tarde ensalzadas en el OTO. Del mismo modo, Friedrich Nietzsche es una in­clusión comprensible, en la medida que su libro El Anticrislo armonizaría fácilmente con la Academia Masónica que pisotea el crucifi­jo. Eliphass Lévi fue igualmente un Mago Ma­sónico importante. En resumen, ninguno de los nombres incluidos en la lista del Manifies­to lo están sin alguna clara conexión con las ideas o la esencia del OTO, mientras que otros ahora son conocidos como miembros actua­les, tales como Franz Hartmann y "Papus" o el doctor Encausse.
Si la inclusión del nombre del Cardenal Rampolla fuera simplemente "una broma", como especula el líder del OTO -Bill Heidrick- en su reciente boletín de noticias [33], esta anomalía constituiría una extraña excepción.
Además, esto socavaría un Manifiesto serio que procuraba establecer una relación autorita­ria a otros altos grados de los Ritos Masóni­cos. Por último, Heidrick simplemente no tie­ne ninguna prueba de su aseveración. El nom­bre de Rampolla continúa vigente, colocado en una lista en el Manifiesto del OTO y publi­cado en un diario Masónico, este es un hecho difícil que aún tiene que ser justificado suficientemente. La inclusión del nombre podría haber desacreditado apenas al Cardenal Ram­polla, ya que la circulación del diario Masó­nico fue muy limitada; por otro lado, el Car­denal Rampolla ya estaba muerto cuando su nombre apareció (éste no apareció en la ver­sión 1912 mientras él estaba todavía vivo, cuando podría haberse generado un escán­dalo). ¿Cuál sería el punto?
Peter Koenig también declara que el Car­denal Rampolla fue, según se afirma, un miem­bro del OTO español [34]. Siendo este el caso, ¿qué debemos pensar respecto al hecho de que el Papa Pío X no desterrara completamen­te al Cardenal Rampolla -o que el mismo Pío X aboliera el Jus Exclusivae? Estos argumen­tos están lejos de ser concluyentes. Primero, no tenemos ninguna prueba acerca de cuánto conocía el Papa Pío X o inclusive creyera acer­ca del Cardenal Rampolla, mientras éste to­davía estaba vivo. Es probable que el Papa fue­ra informado de la sospecha, pero también es bastante probable que él no estuviera prepa­rado para creerlo. El Cardenal Rampolla cau­saba impresiones muy favorables sobre aque­llos que lo conocían [35]. Segundo, el Carde­nal Rampolla dimitió inmediatamente como Secretario de Estado y fue reemplazado por el Cardenal Merry del Val. Mientras él mantuvo algunas oficinas, pasó voluntariamente a un semi retiro [36]. Esto puede haber sido un arreglo deliberado entre el Cardenal Rampo­lla y el Papa para evitar el escándalo, quitan­do a Rampolla la posibilidad de que ejerciera una interferencia significativa; actitud que pudo haber reflejado, además, tanto la pru­dencia como la caridad del Papa en tomar medidas basadas en información alarmante, evitando mientras tanto las penas más áspe­ras en ausencia de pruebas precisas. La prue­ba, en la forma del Manifiesto, sería conocida en años posteriores.

San Pío X.

Del mismo modo, el Papa Pío X tenía mo­tivos excelentes para abolir el Jus Exclusivae. Como lo relató el chambelán del Papa: “Pío X con frecuencia hizo conocer sus decisiones por motu proprio. Uno de sus primeros actos oficiales fue para abolir el privilegio de veto, acordado en tiempos muy diferentes con los Emperadores y los Reyes de España y Francia. La Cristiandad en la cual su ejercicio había sido tolerado ya no existía y, si el Emperador en su última intervención hubiera hecho uso indebido del mismo habría quedado irreprochado, después podríamos haber tenido posiblemente a un masón como Presidente de Francia reclamando el mismo derecho como consecuencia de la herencia que la Repúbli­ca recibió de la monarquía Borbón" [37].
El Papa Pío X estaba agudamente conscien­te de ambos, tanto los infiltrados como los peligros perturbadores son reflejados en sus encíclicas. En su Encíclica de 1907 Pascendi Gregis, “Sobre la Doctrina de los Modernis­tas,” Pío X escribe, "Deberíamos actuar sin dilaciones en esta materia, constituye un im­perativo, sobre todo por el hecho de que los partidarios del error deben ser buscados no sólo entre los enemigos abiertos de la Iglesia; sino, lo que debe ser más temido y deplora­do, en su mismo interior ... aludimos, Vene­rables Hermanos, a muchos de quienes per­tenecen al laicado Católico y, lo que es mucho más triste, a las filas del mismo clero…Aquí encontramos por parte del Papa una confe­sión franca de que está gravemente preocupado por los partidarios del error que se ocul­tan dentro del mismo clero. ¿Refleja esta ad­vertencia preocupaciones derivadas de la cues­tión Rampolla? Desde luego, parecería posi­ble, si no probable.
Aún más significativa es la primera encí­clica del Papa San Pío X, E Supremi Apostolatus, "Sobre la Restauración de Todas las Cosas en Cristo," dado el 4 de octubre de 1903. En este documento leemos la declaración alar­mante que “quien considere todo esto tendrá que admitir de plano que esta perversión de las almas es como una muestra, como el pró­logo de los males que debemos esperar en el fin de los tiempos; o incluso pensará que ya habita en este mundo el hijo de la perdición (2 Tes. 2:3), de quien habla el Apóstol”. El Papa estuvo claramente preocupado porque el Anticristo puede haber estado ya presente entre hombres. Algo debe haber sucedido como para sacudir al Papa a este punto a prin­cipios de su pontificado.
Una pista de la causa de su alarma es dada por el Papa cuando continúa en la misma en­cíclica señalando: “...Por el contrario -esta es la señal propia del Anticristo según el mis­mo Apóstol-, el hombre mismo con temeri­dad extrema se ha colocado en el lugar de Dios...”.
El lema oficial del OTO era -y todavía lo es- Deus est Homo -"Dios es el Hombre". Si el Cardenal Rampolla fue un miembro o un estrecho asociado al OTO o a sus Logias inci­pientes, luego un agente del oscuro culto Ma­sónico del hombre, encarnando el espíritu orgulloso del Anticristo, estuvo muy cerca de acceder a la Silla de Pedro en 1903. El asunto Rampolla ayuda a explicar la primera encícli­ca de San Pío X de una manera extraña.
Aunque nunca sea bienvenida la tarea de acusar a un Cardenal de intriga diabólica, pa­rece que Monseñor Jouin estaba en lo correc­to, y merece las gracias póstumas de la Igle­sia. Las pruebas apoyan la acusación de que un masón, el Cardenal Rampolla, casi fue de­signado Papa hace más de un siglo. Pero cier­tas preguntas permanecen para que todos nosotros reflexionemos: ¿si las Logias casi obtuvieron una victoria sobre el Vaticano hace mucho tiempo, dejarían de intentarlo? ¿Por qué se frenarían? ¿No serían animados a con­tinuar con su propósito? ¿Y qué habrían in­tentado hacer posteriormente? Creo que las respuestas meditadas a estas preguntas ilumi­narán la historia de muchos cambios de la vida de la Iglesia durante varias décadas pasadas, en las cuales el Culto del Hombre ha ganado un rápido predominio, junto con el escándalo Cabalístico de depravación sexual dentro de las mismas filas del clero –extrañamente “coincidente” con el grado más alto, el décimoprimero grado del OTO- “la iniciación" de la sodomía [38]. San Pío X nos alertó del peligro de la infiltración de partidarios del error dentro del mismo clero. El Espíritu San­to no puede ser culpado por la mayor parte de los cambios que han causado estos y otras heridas en el Cuerpo de Cristo; ello sería una blasfemia. No, debemos culpar al espíritu im­pío, al Demonio (Diablo), cuyos aláteres to­davía surgen de las Logias e infectan la Iglesia mientras eluden su detección. Nuevamente, necesitamos tomar en serio el trabajo de Mon­señor Jouin -y de San Pío X- y profundizar las investigaciones necesarias para descubrir a los arquitectos de la destrucción desde las filas del clero, no importa cuán alta sea la posi­ción. Si no recuperamos esta vigilancia im­portante, seremos testigos -cada vez más- cómo la Iglesia Católica Romana se conforma según la imagen de la gnosis, que expone con creciente temeridad el Culto del Hombre has­ta que la Mano de Dios intervenga.

Notas del autor:
1. Una referencia al asunto de Leo Taxil céle­bre durante el reinado del Papa León XIII, du­rante el cual se instrumentó una campaña sucia dirigida a desacreditar los ataques contra la Ma­sonería por “revelaciones" exageradas de los trabajos interiores de las Logias - más tarde re­pudiado por su autor como un engaño. La cam­paña fue muy eficaz.
2. Cf., Malachi Martin The Keys of This Blood, pp. 535-36; Piers Compton, The Broken Cross: The Hidden Hand in the Vatican, pp. 21-24; Mary Ball Martínez, The Undermining of the Catholic Church, pp. 36-39.
3. Curiosamente, este escepticismo no pro­viene simplemente de sectores Católicos: el mis­mo OTO (ver la nota 23, más abajo) en un artí­culo de Internet ha expresado “la duda" sobre la afiliación del Cardenal Rampolla con su orga­nización Masónica. Es muy interesante que cató­licos y masones ocultos debieran estar de acuer­do en ser escépticos sobre el mismo punto de intersección histórica. ¿Está manipulando un bando al otro?
4. Albert Pike, Morals and Dogma of the Ancient and Accepted Scottish Hite of Free- masonry, p. 321
5. Ibid., p. 819.
6. Ibid., p. 817.
7. Una ilustración de este ritual espantoso está contenido en el Masonic manual Secret Societies Illustrated, p. 123.
8. Ver Duncan ’s Masonic Ritual and Moni­tor, pp. 95-96; 229-230.
9. Ibid., p. 230.
10. Mateo 24:1-2.
11. Duncan ’s Masonic Ritual and Monitor, p. 249.
12. Mucha confusión en la terminología ha conducido a incrementar inexactitudes en el en­tendimiento histórico, permitiendo hacer propa­ganda para desarrollar discusiones modernas sobre Medio Oriente. Por ejemplo, "Semita" in­cluye tanto al Judío como al árabe; (para dar un ejemplo) todavía son llamados "antisemitas” los Árabes Palestinos, quienes se oponen a que a sus niños sean tiroteados por los militares israelíes Esta descripción es absurda e incendiaria. Del mismo modo, el término “Judean” ha sido gra­dualmente sustituido por el de “Judío", aunque en sentido estricto un Judío sea sólo un descen­diente de la Tribu de Judá. Finalmente, muchos Judíos de hoy posiblemente no tienen ninguna conexión a cualquiera de las Doce Tribus, ha­biendo descendido de los Cazaros convertidos al judaísmo en Europa del Este. Ver Arthur Koestler, The Thirteen Tribe, New York, 1976.
13- “Los rituales mayores y menores del Hexagrama", todavía son la práctica estándar en las Logias ocultas de la Orden Hermética del Ama­necer Dorado (nombrado a sí mismo como Luci­fer, el “portador de la luz" que trae “el amane­cer") y de la orden mágica Argenteum Astrum, relacionado con las Logias del OTO. Véase abajo.
14. Gershom Scholem (1897-1982), ex-profesor de Misticismo Judío en la Universidad He­brea de Jerusalén, escribe en Kabbalah, pps 362- 366: "la estrella de David ... es un hexagrama o una estrella de seis puntas formada por dos triángulos equiláteros que tienen el mismo cen­tro y son colocados en direcciones opuestas... El texto más antiguo mencionando un escudo de David está contenido en una explicación de un 'alfabeto mágico del ángel Metatron’ que deriva del período “geonic" (3) y era corriente entre el Hasidei Ashkenaz del Siglo XII... El testigo conocido más viejo del uso del término (estrella de David) es el cabalista Sefer ah-Gevul, escrito por un nieto de Nahmanides a principios del Si­glo XIV. El hexagrama aparece allí dos veces, en ambas es denominada 'la estrella de David' (“magen David") y contiene el mismo nombre mágico que en el amuleto ya mencionado, de­mostrando su conexión directa con la tradición mágica.”
15. Ver a John Vennari, The Permanent instruction of the Alta Vendita: A Masonic Blue-print for the Subversión of the Catholic Chur­ch, para el resumen más conciso de estos y otros pasos con un comentario histórico brillante.
16. Albert Pike, ib id., p. 839.
17. Ver Secret Ritual of the Thirty-third and Last Degree, Sovereign Grand Inspector General of the Ancient and Accepted Scottish Rite of Freemasonry, Kessinger Publishing Company.
18. La historia de la Iglesia Católica Gnóstica está más allá del alcance de este artículo; sin em­bargo, el lector debería entender que la esencia de la herejía gnóstica es el pecado de Lucifer, el sueño orgulloso de la deificación, la tentación para “ser como dioses, conocedor del bien y del mal" (Génesis, 3:5). “Gnóstico” deriva del griego gno­sis, o conocimiento. La “G" en medio de los sím­bolos Masónicos de la escuadra y el compás, sig­nifica Gnosis. (Ver Albert Pike, Liturgy of the Acient and Accepted Scottish Rule of Freemasonry for the Southern Jurisdiction of the United States, p. 104: “Masonry is the Gnosis ...")                                            \
19. Yves Chiron, Saint Pius X: Restorer of the Church, p. 122.
20. Yves Chiron, Ibid., p. 123.
21. Ibid., pps 122-23.
22. David Kertzer, The Popes Against the Jews, pp. 268-69.
23. Ver “Pope Saint Pius X" in From the Housetops, No. 13. Falf, 1976, St. Benedict Center, Richmond, New Hampshire..
24. Ver http://wvw.billheidrick.coni/ tic 1999/ tlclI99.htm para la información. Bill Heidrick del OTO, trata de distanciar el OTO de la acusa­ción hecha por Monseñor Jouin; sin embargo, él es contradecido por el archivista principal el OTO, Peter Koenig. Véase abajo.
25. Ver O.T.O. Brochare: An Historical and Modern Perspective, Ordo Templi Orientis, New York, 1995.
26. Francis King, The Secret Rituals of the O.T.O, p. 9.
27. Theodor Reuss and Aleister Crowley, edited by Peter Koenig: O.T.O. Rituals and Sex Magick, pp. 79-107.
28. Argenteum Astrum, o Estrella de Plata - una importante fuente de los rituales ocultos de Masonería y de la Cábala.
29- Aleister Crowley, The Equinox, Vol. III, N° 1, 1919, pp. 197-98
30. Francis King, ib id., p. 142.
31. El sentido último de la “G" dentro del sím­bolo Masónico es "generación" o la unión sexual. Ver Pike, Moráis and Dogma, pp. 632, 771-72.
32. Ver T. Alien Greenfield, The Story of The Hermetic Brotherhood of light, 6-10, and Joscelyn Godwin, Christian Chanel, and John P. Deveney, The Hermetic Brotherhood of Luxor: Initiatic and Historical Documents of an Or­der of Practical Occultism, p. II.
33. Ver la nota Nro 24, más arriba.
34. Ver http://liomepage.sunrise.cli/ lioine- page/prkoenig/mm i .htm para detalles de varios Ritos y Logias, y la acusación de membresía del Cardenal Rampolla.
35. Ver, por ejemplo, las memorias de Francis Augustus MacNutt in A Papal Chamberlain: The Personal Chronicle of Francis Augustus MacNutt, 1937.
36. Yves Chiron, ibíd., p. 125.
37 . Francis MacNutt, ibíd., p. 311.
38. En su comentario sobre The Book of the Law, Crowley autoriza la pederastia o la vejación del niño. Ver Aleister Crowley The law is for AH: The Authorized Popular Commentary to The Book of the Law, p. 55.
Notas del Director:
[ 1 ] Manifiesto of the M M M (Mysteria Mystica Maxima); nombre dado a los grados bajos del OTO.
[2 ] Swedenborgian: Una comunidad de fe, ba­sada en la Biblia e iluminada por las enseñanzas espirituales de Emmanuel Swedenborgian (1688- 1772).
El período o era "geonic" se extiende entre los años 657 y 1038, a partir de la conquista de Ba­bilonia por los árabes. Los Geonim o "genios" eran las cabezas de las academias babilónicas en las cuales el Mishna fue estudiado y el Gemara escrito. La mayor parte de los Geonim vivie­ron en Babilonia, Egipto y Enésimo, África.