Estas cosas ocurrían en la iglesia conciliar judeo-bergogliana, en Argentina. Rescatamos del archivo
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Viernes
04 de junio de 2004 | Publicado en edición impresa
Un hecho que registra pocos
antecedentes
Una clase para futuros sacerdotes
que se cursa en la sinagoga
En un templo hebreo, 18
seminaristas asistieron a un curso sobre religión judía.
Por
Jorge Rouillon | LA NACION
Los
seminaristas, con el tradicional kipá, escuchan atentamente las enseñanzas del
rabino, en el templo de la Congregación Israelita. Foto: Soledad
Aznarez
Un
renovado interés por ahondar en el conocimiento de las huellas judías en el
cristianismo se observa hoy en instituciones universitarias de inspiración
católica.
Un
ejemplo es lo que ocurrió hace pocos días en la sede de la Congregación
Israelita de la República Argentina, en Libertad 769. En un hecho que registra
pocos antecedentes, 18 seminaristas, un laico y una monja -todos alumnos de
Teología de la Universidad Católica Argentina (UCA)- asistieron a una clase
sobre el judaísmo en la que participaron activamente.
"Es
la primera vez que entro en una sinagoga; es conocer a nuestros hermanos
mayores", comentó Nora Kviatkovsky, de 31 años, religiosa de Jesús María y
alumna de teología, en diálogo con LA NACION.
En
el altar de la sinagoga, el rabino Angel Kreiman-Brill mostró los rollos de la
Torá a los estudiantes, casi todos seminaristas porteños, de la Patagonia y de
los agustinos recoletos. Cursan 5° año en la Facultad de Teología de la UCA, en
Villa Devoto, donde el rabino da clases de Diálogo Interreligioso. Ya lo hizo
en los años 90, invitado por el cardenal Antonio Quarracino.
"Me
gustó mucho la plática", expresó Daniel Cutri, de 27 años, que cuando
entró en el seminario estudiaba Física en la UBA. "El rabino es muy ameno,
de buen humor. Conoce mucho de la Iglesia y del cristianismo. El mismo hace
comparaciones."
A
los seminaristas, futuros sacerdotes, él les aclara que el rabinato no es un
sacerdocio -ligado al sacrificio-, sino una función de enseñanza, más ligada a
los antiguos profetas. Mientras ellos preguntan, en el frontispicio de la
sinagoga se lee en hebreo "mi casa es casa de oración para todos los
pueblos".
AUNAR
FUERZAS
"Es
un momento en que las distintas confesiones religiosas, con sus valores
espirituales y morales, tienen que aunar fuerzas en lo que las une, en un mundo
centrado en la economía y con un relativismo ético peligroso", dijo
Kreiman-Brill a LA NACION.
Kreiman-Brill,
abogado que en los años 60 fue en Buenos Aires el primer graduado del Seminario
Rabínico Latinoamericano, acaba de retornar de Chile, donde dedicó la última
década a la cátedra en las universidades de Concepción (estatal), Católica de
Chile y De los Andes (privadas). En ellas advirtió el interés por el aporte
judío, así como cristiano, a la cultura, la persona y su intimidad, el entorno
social.
Ahora,
en Buenos Aires, dicta en la Universidad del Salvador Historia de la Cultura
Judía, Literatura Hebrea Clásica y Religión y Filosofía Judías. Lo hace en la
Escuela de Estudios Orientales, donde ya había enseñado entre 1990 y 1994,
llevado por su fundador, el padre jesuita y filósofo Ismael Quiles. Esa casa de
estudios cuenta también, en la carrera de abogacía, con una cátedra de Derecho
Hebreo a cargo del rabino Abraham Skorka.
Kreiman-Brill
se fue en 1994 a vivir al país vecino -ya había sido gran rabino de Chile entre
1968 y 1990-, cuando su esposa, Susi, murió trágicamente en el atentado a la
AMIA, donde ella era directora de una bolsa de trabajo. El era por entonces
rabino de la congregación de la calle Libertad.
"Tenemos
mucho en común -expresó-. El sacrificio nos unió a judíos y cristianos en
tiempos del paganismo romano; el paganismo tiene ahora otra forma, pero sigue
siendo agresivo contra valores sagrados, como el matrimonio y la familia."
Aboga por un diálogo respetuoso de la diferencia, que exige coherencia y no
renunciar a la propia identidad.
"En
la Pascua judíos y cristianos celebramos a Dios como creador y redentor -dijo-,
que al fin de los tiempos hará resucitar a los muertos, y lo celebramos en una
mesa pascual, con pan ázimo y vino", agregó, relacionando la institución
de la Eucaristía con la cena pascual judía.
Raíces
Judías del Cristianismo es una materia que Kreiman-Brill dicta en la
Universidad Austral, cuya orientación espiritual está a cargo de la Prelatura
del Opus Dei. También dicta Etica en su Facultad de Derecho. Allí ha concurrido
también como profesor invitado el rabino argentino León Klenicki, que vive en
Nueva York.
Kreiman
piensa que estas instituciones universitarias han interpretado el sentido
querido por el Santo Padre: que el judaísmo no es para el cristianismo una
religión más, sino que tiene con él una relación especial. Evoca a San Pablo,
diciendo que el judaísmo es el tronco original en el cual está inserto el nuevo
olivo.
La
clase en la sinagoga terminó con todos cantando en hebreo el salmo 133, que
Juan Pablo II citó recientemente en un mensaje a la sinagoga de Roma:
"Cuán bello y hermoso es que los hermanos estén unidos". .