Algunos
acuerdistas sostienen que Monseñor Lefebvre se arrepintió del acuerdo del 3 de
mayo de 1988 a causa de que la fecha para consagrar un obispo se posponía. Es
verdad que en un principio, en junio de 1988, es lo que Monseñor Lefebvre dio a
entender. Pero sus ideas se aclararon más tarde:
Monseñor
Lefebvre: « Nuestros verdaderos fieles, aquellos
que comprendieron el problema y que nos ayudaron a continuar la línea recta y
firme de la Tradición y de la Fe, temían las negociaciones que yo hacía en
Roma. Ellos me dijeron que era peligroso y que perdía mi
tiempo.Sí, por supuesto, yo esperé hasta el último minuto para que en
Roma demostraran un poco de lealtad. No se me puede reprochar el no haber hecho
lo máximo. También ahora, a aquellos que me vienen a decir: usted debe
entenderse con Roma, yo creo poderles decir que fui más lejos de lo que
debí haber ido” (Fideliter n° 79, pág.11).
Poco
antes de su muerte, Monseñor Lefebvre declaró que el Vaticano II era una perversión
del espíritu (2)
Hubo
uno que comprendió muy bien a Monseñor Lefebvre… Mejor que ciertos miembros
actuales de la FSSPX… Nos parece interesante poner la apreciación de este
cardenal modernista quien al menos era un simpatizante de la masonería, si no
es que masón él mismo (1). No solamente él comprendió a Monseñor Lefebvre sino
que revela aquí el verdadero alcance de este acuerdo del 5 de mayo de
1988 del cual se arrepintió Monseñor Lefebvre y que ahora es defendido
por algunos en la FSSPX. Debemos precisar que este acuerdo del 5 de mayo de 1988,
muy malo, era menos terrible que la Declaración del 15 de abril de 2012 de
Monseñor Fellay. La legitimidad de la promulgación de la misa de Paulo VI no se
reconocía.
Dice
Monseñor Decourtray el 4 de diciembre de 1988 :
« Si
Monseñor Lefebvre hubiera confirmado la firma otorgada el 5 de mayo al
protocolo de acuerdo, él hubiera probado que estaba dispuesto a admitir todo el
concilio Vaticano II al mismo tiempo que la autoridad del Papa actual y los
obispos locales unidos a él. En realidad, si Monseñor Lefebvre no aceptó el
protocolo propuesto, es precisamente porque comprendió repentinamente su
significado real. “Ellos querían engañarnos” dijo él. Esto significa: “Ellos
querían hacernos aceptar el concilio”.
« Progresar
en la fidelidad al concilio. Discurso de introducción del Cardenal
Decourtray en la asamblea del episcopado en Lourdes”
Notas :
(1) Este es un extracto interesante
de un artículo de l'Express.
Para nuestros amigos de otros países, precisamos que esta es una revista
izquierdista. El artículo describe a la masonería de Lyon, ciudad del Cardenal
Decourtray.
Extracto:
« Pero
al lado de esta masonería de fuerte impregnación social, se encuentra una
poderosa corriente espiritualista, en esta ciudad donde el esoterismo, magia y
órdenes templarias siempre se han extendido. “Existen en Lyon algunas logias de
investigación que reflexionan sobre los ritos egipcios, la cábala o el
simbolismo” –explica Jean-Jacques Gabut. Por ejemplo la logia Villard de
Honnecourt, que se reúne en la sede de la GLNF en Lyón, calle Montesquieu. Paradójicamente,
esta búsqueda espiritualista ha permitido a la masonería el mantener buenas
relaciones con las autoridades religiosas, extremadamente influyentes en Lyon, esta
ciudad donde las damas van a misa y los señores a la logia” según una fórmula
recurrente del eterno candidato FN Bruno Gollnisch.
Relaciones
cordiales
En
la gran tradición de las relaciones cordiales mantenidas por Edouard Herriot y
Monseñor Gerlier, masones y sacerdotes cohabitan sin problemas. “Yo siempre
he mantenido buenas relaciones con Monseñor Decourtray, que sabía que yo estaba
iniciado”, nos cuenta Robert Batailly. (…)
(2) Monseñor
Lefebvre, extracto de la conferencia del 6 de septiembre de 1990 en Ecône.
« Este
combate entre la Iglesia y los modernistas liberales, es el del concilio
Vaticano II. No hay que buscar el mediodía a las catorce horas. Y esto va muy
lejos. Entre más analizamos los documentos del Vaticano II y la
interpretación que le dieron las autoridades de la Iglesia, más nos apercibimos
que se trata no solamente de algunos errores, el ecumenismo, la libertad
religiosa, la colegialidad, un cierto liberalismo, sino una perversión del
espíritu. Es toda una nueva filosofía, basada en la moderna filosofía
del subjetivismo. El libro que acaba de hacer publicar un teólogo alemán y que
espero será traducido al francés a fin de que ustedes puedan tenerlo en sus
manos, es muy instructivo sobre este punto de vista. Él comenta el pensamiento
del Papa, especialmente un retiro que, siendo simple obispo, predicó en el
Vaticano. Él demuestra que todo es subjetivo en el Papa. Cuando releemos
enseguida sus discursos, nos apercibimos que tal es su forma de pensar. A pesar
de las apariencias, no es católico. Lo que piensa el Papa de Dios, de Nuestro
Señor, viene de lo profundo de su conciencia y no de una Revelación objetiva a
la cual adhiere su inteligencia. El construye la idea de Dios. Él dijo
últimamente, en un documento increíble, que la idea de la Trinidad no pudo
llegar sino muy tarde, porque hacía falta que la psicología del hombre interior
pudiera ser capaz de llegar a la Santísima Trinidad. Por lo tanto, la idea de
la Trinidad no vino de una revelación, sido de lo profundo de la conciencia. Es
totalmente otra concepción de la Revelación, de la fe y de la filosofía, es una
perversión total. ¿Cómo salir de allí? No lo sé. Pero es un hecho”.