La
oración que sigue fue impresa en Roma en 1695, con permiso de la autoridad
competente y bajo este título: “Oración
de la flaqueza humana y de la humildad cristiana”.
Deus,
qui habes humanorum cordium quo tibi placet inclinandorum omnipotentissimam potestatem;
tu intus in me age; tu cor meum tene; tu cor meum move; tuque me voluntate mea
quam ipse in me operaris, ad te trahe. Per Christum Dominum nostrum.
Amén.
Oh
Dios que tenéis el omnipotente poder de inclinar hacia donde os place los
corazones de los hombres; obrad Vos mismo en mí; Vos mismo sujetad mi corazón;
Vos mismo moved mi corazón; por mi voluntad que Vos mismo obráis en mí,
atraedme a Vos por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén.
(Incluida
en el libro del Padre Emmanuel La gracia
de Dios y la ingratitud de los hombres, ediciones iction).