Consagración a Ntra.
Sra. del Carmen
“Oh,
María, Reina y Madre del Carmelo, vengo hoy a consagrarme a Ti, pues toda mi
vida es como un pequeño tributo por tantas gracias y bendiciones como he
recibido de Dios a través de tus manos.
Y
porque Tú miras con ojos de particular benevolencia a los que visten tu
Escapulario, te ruego que sostengas con tu fortaleza mi fragilidad, ilumines
con tu sabiduría las tinieblas de mi mente y aumentes en mí la fe, la esperanza
y la caridad, para que cada día pueda rendirte el tributo de humilde homenaje.
El
Santo Escapulario atraiga sobre mí tus miradas misericordiosas, sea para mí
prenda de particular protección en la lucha de cada día, de modo que pueda
seros fiel a tu Hijo y a Ti.
Que
él me tenga apartado de todo pecado y constantemente me recuerde el deber de
pensar en Ti y revestirme de tus virtudes.
De
hoy en adelante me esforzaré por vivir en suave unión con tu espíritu,
ofrecerlo todo a Jesús por tu medio y convertir mi vida en imagen de tu humildad,
caridad, paciencia, mansedumbre y espíritu de oración.
Oh
Madre Amabilísima, sostenme con tu amor indefectible, a fin de que a mí,
pecador indigno, me sea concedido un día cambiar tu Escapulario por el Eterno
vestido nupcial y habitar contigo y con los Santos del Carmelo en el Reino de
tu Hijo. Así sea.”
S.
S. Pío XII
El Escapulario: hablan los
Papas y los santos
El
Beato Papa Gregorio X fue enterrado
con su escapulario solo 25 años después de la Visión del Escapulario. 600 años más
tarde cuando abrieron su tumba, su escapulario estaba intacto.
El
Papa Pío XII habló frecuentemente
del Escapulario. En 1951, aniversario 700 de la aparición de Nuestra Señora a San Simón Stock, el Papa ante una
numerosa audiencia en Roma exhortó a que se usara el Escapulario como
"Signo de Consagración al Inmaculado Corazón de María" (tal como
pidió la Virgen en Fátima). El
Escapulario también representa el dulce yugo de Jesús que María nos ayuda a
sobrellevar. Y finalmente, el Papa continuó, el Escapulario nos marca como
hijos escogidos de María y se convierte para nosotros (como lo llaman los
alemanes) en un 'Vestido de Gracia".
El
mismo día que S. Simón Stock recibió de María el escapulario y la promesa, él
fue llamado a asistir a un moribundo que estaba desesperado. Cuando llegó puso
el escapulario sobre el hombre, pidiéndole a la Virgen que mantuviera la
promesa que le acababa de hacer. Inmediatamente el hombre se arrepintió, se
confesó y murió en gracia de Dios"
San Alfonso Ligorio
y San Juan Bosco tenían una especial
devoción a la Virgen del Carmen y usaban el escapulario. Cuando murió San
Alfonso Ligorio le enterraron con sus vestiduras sacerdotales y con su
escapulario. Muchos años después cuando abrieron su tumba encontraron que su
cuerpo y todas las vestimentas estaban hechas polvo, sin embargo su escapulario
estaba intacto. El escapulario de San Alfonso está en exhibición en su
Monasterio en Roma.
San
Alfonso Ligorio nos dice: "Herejes modernos se burlan del uso del
Escapulario. Lo desacreditan como una insignificancia vana y absurda."
San Pedro Claver,
se hizo esclavo de los esclavos por amor. Cada mes llegaba a Cartagena,
Colombia un barco con esclavos. San Pedro se esforzaba por la salvación de cada
uno. Organizaba catequistas, los preparaba para el bautismo y los investía con
el escapulario. Algunos clérigos acusaron al santo de celo indiscreto. Sin
embargo él continuó su obra hasta tener más de 300.000 conversos.
San Claudio de
Colombiere (director espiritual de St. Margarita María)
«Yo
quería saber si María en realidad se había interesado en mí, y en el
escapulario Ella me ha dado la seguridad más palpable. Sólo necesito abrir mis
ojos, Ella ha otorgado su protección a este escapulario: 'Quien muera vestido
en él no sufrirá el fuego eterno`.»
Dijo
también: "Debido a que todas las formas de amar a la Santísima Virgen y
las diversas maneras de expresar ese amor no pueden ser igualmente agradables a
ella y por consiguiente no nos ayudan en el mismo grado para alcanzar el cielo,
lo digo sin vacilar ni un momento, ¡El Escapulario Carmelita es su predilecto!"
y agrega "Ninguna devoción ha sido confirmada con mayor número de milagros
auténticos que el Escapulario Carmelita".
Otros Testimonios:
"Un
sacerdote de Chicago fue llamado para ir a asistir a un moribundo que había
estado lejos de su fe y de los sacramentos por muchos años. El moribundo no
quiso recibirlo, ni hablar con él. Pero el sacerdote insistió y le enseñó el
escapulario que llevaba. Le preguntó si le permitiría ponérselo. El hombre
aceptó con tal que el sacerdote lo dejara en paz. Una hora más tarde el
moribundo mandó a llamar al sacerdote pues deseaba confesarse y morir en gracia
y amistad con Dios"
El
demonio odia el escapulario. Un día al Venerable Francisco Yepes se le cayó el
escapulario. Mientras se lo ponía, el demonio aulló: "¡Quítate el hábito
que nos arrebata tantas almas!".
Un
misionero Carmelita de Tierra Santa fue llamado a suministrar la unción de los
enfermos en el año 1944. Notó que mientras caminaba, sus pies se hundían cada
vez más en el fango hasta que, tratando de encontrar tierra firme, se deslizó
en un pozo de fango en el que se hundía hacia la muerte. Pensó en la Virgen y
besó su hábito el cual era escapulario. Miró entonces hacía la Montaña del
Carmelo gritando: "¡Santa Madre del Carmelo! ¡Ayúdame! ¡Sálvame!". Un
momento más tarde se encontró en terreno sólido. Atestiguó más tarde: "Sé
que fui salvado por la Santísima Virgen por medio de su Escapulario Carmelita.
Mis zapatos desaparecieron en el lodo y yo estaba cubierto de él, pero caminé
las dos millas que faltaban, alabando a María".
Salvados del Mar
En
el verano de 1845 el barco inglés, "Rey del Océano" se hallaba en
medio de un feroz huracán. las olas lo azotaban sin piedad y el fin parecía
cercano. Un ministro protestante llamado Fisher en compañía de su esposa e
hijos y otros pasajeros fueron a la cubierta para suplicar misericordia y
perdón. Entre la tripulación se encontraba el irlandés John McAuliffe. Al mirar
la gravedad de la situación, el joven abrió su camisa, se quitó el Escapulario
y, haciendo con él la Señal de la Cruz sobre las furiosas olas, lo lanzó al
océano. En ese preciso momento el viento se calmó. Solamente una ola más llegó
a la cubierta, trayendo con ella el Escapulario que quedó depositado a los pies
del muchacho.
Durante
lo acontecido el ministro había estado observando cuidadosamente las acciones
de McAuliffe y fue testigo del milagro. Al interrogar al joven se informaron
acerca de la Santísima Virgen y su Escapulario. El Sr. Fisher y su familia
resolvieron ingresar en la Iglesia Católica lo más pronto posible y así
disfrutar la gran protección del Escapulario de Nuestra Señora.
Un Hogar Salvado del
Fuego
En
mayo de 1957, un sacerdote Carmelita en Alemania publicó una historia
extraordinaria de cómo el Escapulario había librado un hogar del fuego. Una
hilera completa de casas se había incendiado en Westboden, Alemania. Los
piadosos residentes de una casa de dos familias, al ver el fuego,
inmediatamente colgaron un Escapulario a la puerta de la entrada principal.
Centellas volaron sobre ella y alrededor de ella, pero la casa permaneció
intacta. En 5 horas, 22 hogares habían sido reducidos a cenizas. La única
construcción que permaneció intacta, en medio de la destrucción, fue aquella
que tenía el Escapulario adherido a su puerta. Los cientos de personas que
vinieron a ver el lugar que Nuestra Señora había salvado son testigos oculares
del poder del Escapulario y de la intercesión de la Santísima Virgen María.
El Escapulario aviva el
fervor
En
Octubre de 1952, un oficial de la Fuerza Aérea en Texas escribió lo siguiente:
"Seis meses después de comenzar a usar el Escapulario, experimenté un
notable cambio en mi vida. Casi inmediatamente comencé a asistir a Misa todos
los días. Durante la cuaresma viví fervorosamente como nunca lo había hecho.
Fui iniciado en la práctica de la meditación y me encontré realizando débiles
intentos en al camino de la perfección. He estado tratando de vivir con Dios y
doy el crédito al Escapulario de María".
Recordemos
que el escapulario es un signo poderoso del amor y protección maternal de María
y de su llamada a una vida de santidad y sin pecado.
Usar
el escapulario es una respuesta de amor a la Madre que vino a darnos un regalo
de su misericordia. Debemos usarlo como recordatorio que le pertenecemos a
ella, que deseamos imitarla y vivir en gracia bajo su manto protector.