Una entrevista
exclusiva con el Padre Paul Kramer
para la Cruzada de
Fátima
Pregunta: ¿Quién es Cardenal
Ottaviani, y que es lo que dijo sobre el Tercer Secreto de Fátima?
[Padre Kramer] El Cardenal Alfredo Ottaviani fue prefecto del Santo Oficio, y en
ese entonces, el Santo Oficio era el discasterio preeminente de la Curia
Romana. Él fue quien se pronunció sobre la ortodoxia. También tenía la
jurisdicción sobre la aprobación o desaprobación finales de las apariciones.
Fue él quien afirmó en un discurso que dio en 1967 en el Antonianum que el
Tercer Secreto de Fátima está escrito en una sola hoja de papel.
Pregunta: ¿Quién es el Cardenal
Ciappi y que es lo que dijo sobre el Tercer Secreto?
[Padre Kramer] El Cardenal Mario Luigi Ciappi era un padre dominicano que había
sido hecho Cardenal por el Papa Pablo VI. Era el Teólogo Pontificio de Pablo
VI, Juan Pablo I, y en los primeros tiempos del reinado del Papa Juan Pablo II.
El Cardenal Ciappi afirmó en su carta al Profesor Baumgartner que en el Tercer
Secreto se revela, entre otras cosas, que la gran apostasía en la Iglesia
empezará a partir de su vértice (parte más alta).
Pregunta: ¿El Cardenal Ciappi estará
diciendo la verdad? ¿No es “apostasía” una palabra demasiado fuerte?
[Padre Kramer] Sé que hay alguna gente que encuentra un poco difícil la idea de que
podría haber una apostasía en la Iglesia, o una gran apostasía en la Iglesia.
Alguna gente piensa, sí, que la palabra es bastante fuerte.
Sin embargo, no fue demasiado fuerte
para San Pablo usar este término, porque él fue quien predijo que antes de la
venida del hombre del pecado, el Anticristo, habría esta gran caída del
Cristianismo, una gran apostasía.
Por lo tanto no es sorprendente que
Nuestra Señora de Fátima avisara sobre esta apostasía en la Iglesia, porque
esto ya es una enseñanza encerrada en las Sagradas Escrituras por el gran
Apóstol mismo, San Pablo.
Pregunta: ¿Cómo responde Usted a
aquellos que dicen que Nuestra Señora nunca haría una tal afirmación de que la
Iglesia misma, la Esposa sin mancha de Cristo, entraría en un período de
apostasía?
[Padre Kramer] A aquellos que encuentran dificultad en esta idea, que la Iglesia, la
Esposa de Cristo, no podría nunca entrar en un período de apostasía, respondo
que Nuestro Señor Jesucristo dijo, “Ya veis que os lo he predicho”. ¿Cómo
podemos cuestionar la palabra de Dios? El sufrimiento a que la Iglesia, como el
Cuerpo Místico de Cristo, tendrá que someterse está descrito proféticamente,
por ejemplo, en el Libro de las Lamentaciones. Está descrito proféticamente
otra vez en el Libro del Profeta Daniel, y en el Apocalipsis, donde vemos que
habrá una gran apostasía y una gran persecución de los pocos escogidos de los
fieles; y que Dios les conservará en su fe, de tal modo que los elegidos serán
preservados.
Pregunta: ¿Usted ve una ligación
entre el Tercer Secreto de Fátima y la introducción de la Nueva Misa?
[Padre Kramer] Sor Lucía de Fátima, respecto del Mensaje de Fátima, dijo que
tendría lugar una desorientación diabólica en la Iglesia. Y no hay nada que
podría hacer más para causar eso que una revolución litúrgica que encerrara
principios extraños en una liturgia que parece católica.
En verdad, hay más substancia en la
cuestión de una desorientación diabólica. Me estoy refiriendo a la parte del
Tercer Secreto de Fátima que todavía no ha sido revelado. Sé que esto es verdad
porque he hablado personalmente con un alemán, teólogo y Rector de Seminario
que es un antiguo amigo íntimo del Papa Benedicto.
Cuando el Papa Benedicto XVI todavía
era el Cardenal Ratzinger, reveló a ese su amigo, alrededor de 1990, que, en el
Tercer Secreto de Fátima, Nuestra Señora avisaba que no se cambiase la
liturgia: literalmente, que no se mezclasen elementos extraños y ajenos en la
liturgia católica.
Fíjese, esto fue exactamente lo que
aconteció con la Nueva Misa del Papa Pablo VI. Fueron introducidos elementos del
protestantismo y mezclados con una estructura católica, tanto en el simbolismo
como en las palabras de la liturgia, a tal punto que los autores del nuevo Rito
declararon abiertamente que ya no era el Rito Romano, sino una nueva creación.
El Padre Joseph Gelineau era hombre
de confianza del Arzobispo Annibale Bugnini, que fue el arquitecto del nuevo
rito de la Misa. Tanto el Padre Gelineau como el Arzobispo Bugnini dijeron
claramente que la Misa del Novus Ordo era una creación nueva; que el rito
antiguo de la Misa, el Rito Romano, había sido destruido. El Papa Pablo VI
anunció en noviembre de 1969 que su rito era un rito nuevo de la Misa.
Por lo tanto no se puede decir que la
nueva liturgia – la liturgia del Novus Ordo – es básicamente una revisión y una
continuación del Rito Romano. No. Es una ruptura en la tradición litúrgica
católica.
Fíjese que Nuestra Señora de Fátima
había avisado expresamente en el Tercer Secreto que no se hiciera este tipo de
alteraciones a la liturgia. Sin embargo, a pesar de esto, el Papa Pablo VI
avanzó con estas alteraciones. Nuestra Señora avisó también que habría un
Concilio pernicioso en la Iglesia, que causaría grande escándalo. Y, es claro,
fueron los documentos del Vaticano II – la Constitución sobre la Liturgia – que
dio el impulso al Papa Pablo VI para reformar la liturgia de forma tan
desastrosa que causó una tal perdida de fe y una gran confusión en la Iglesia.
Tenemos por tanto, al propio Cardenal
Ratzinger que ha dicho a un amigo personal e íntimo que estos avisos fueron
dados por Nuestra Señora en el Tercer Secreto de Fátima, para que no se
alterase la Misa, precisamente de la manera como lo hizo el Papa Pablo VI.
Después de haber acontecido esto, el
teólogo alemán a quien me refiero volvió al país de América del Sur donde era
Rector de un seminario, y explicó a un joven padre lo que el Cardenal Ratzinger
le había contado. Es precisamente cuando estaba diciendo que Nuestra Señora
advertía de no cambiar la Misa, y que habría un Concilio pernicioso en la
Iglesia, ambos vieron una columna de humo saliendo del suelo. Mire: el suelo
era de marfil, y el fenómeno no podría ser natural. El joven padre y el viejo
Rector alemán quedaron tan impresionados que hicieron un informe y lo enviaron
al Cardenal Ratzinger.
El 26 de junio de 2000 el Cardenal
Ratzinger divulgó al mundo el documento (sobre el Tercer Secreto) que incluía
la visión de un “Obispo vestido de blanco”, diciendo que todo el Secreto estaba
contenido en este documento. Cosa que sólo puede considerarse así si decimos
que él usó una reserva mental; que lo que fue explicado por las palabras de
Nuestra Señora estaba ya implícitamente contenido, de forma simbólica, en la
visión.
El sacerdote alemán de edad, amigo
personal, de larga data de Ratzinger, le llamó la atención el hecho de que,
cuando esta visión del Tercer Secreto fue publicada, no contenía aquellas
cosas, aquellos elementos del Tercer Secreto que el Cardenal Ratzinger le había
revelado, casi diez años antes. El sacerdote alemán – Padre Döllinger – me dijo
que su pregunta estaba ardiéndole en el cerebro un día en que concelebró con el
Cardenal Ratzinger. El Padre Döllinger me dijo: “Confronté el Cardenal
Ratzinger, cara a cara.” Y, es claro, preguntó al Cardenal Ratzinger: “¿Cómo es
que esto puede ser todo el Tercer Secreto? ¿Recuerdas lo que me dijiste?”.
El Cardenal Ratzinger se vio
arrinconado. No sabía qué decir, y se desahogó con su amigo en alemán:
“Wirklich da ist noch etwas”, que quiere decir “realmente hay allí alguna cosa
más,” queriendo decir que habría una cosa más en el Tercer Secreto. El Cardenal
lo dijo muy claramente.
Pregunta: Es una historia espantosa.
¿El Padre Döllinger sería un testigo fidedigno?
[Padre Kramer] Puedo decir esto: Estamos hablando de un padre de edad, amigo
personal de larga data del Papa Benedicto XVI, un hombre que conoció
personalmente, y durante mucho tiempo, a San Pío de Pietrelcina (el Padre Pio).
De hecho, me dijo que había confesado 58 veces al Padre Pío. Es un hombre que
fue, durante muchos años, Rector de un seminario en la América del Sur; un
hombre que es altamente considerado, que tiene una gran reputación en la
Iglesia.
Añadiría que, en la diócesis donde él
trabajó, lo que yo dije sobre el Tercer Secreto, que el Cardenal Ratzinger le
reveló, era del conocimiento general entre los jóvenes padres que eran seminaristas
y diáconos en la época en que este hombre era Rector. Todos conocen la historia
que el Cardenal Ratzinger le contó.
Como ya mencioné, hasta prepararon un
dossier y lo enviaron al Cardenal Ratzinger. Se ve que es un hombre de grande
credibilidad, digno de crédito, un hombre de gran seriedad, que no tiene la
costumbre de inventar historias fabulosas, ni de exagerar su importancia. Este
hombre no necesita de tales cosas; es de la mayor credibilidad.
Tomado de La Cruzada de
Fátima