6
mayo, 2013 | National Catholic
Reporter / TD
Un
investigador favorable a los presupuestos oficiales, viajó a Buenos Aires y,
después de preguntas y entrevistas, publicó el pasado 12 de abril en el
periódico online “National Catholic Reporter” un reportaje acerca de lo que el
entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio habría hecho en relación con:
•
Dos sacerdotes acusados de abuso sexual;
•
La no aplicación por la “Conferencia Episcopal de Argentina”, siendo Bergoglio
presidente, de una directrices en contra de los abusos sexuales;
•
Su relación con el Gobierno militar de Argentina cuando era provincial de los
jesuitas durante la década de los 70;
•
La actitud de Bergoglio hacia la teología de liberación; y
•
En qué partido estuvo respecto al tema de las “uniones civiles” durante el
polémico debate nacional en los años 2009 y 2010.
Estas
son las conclusiones del autor en relación con el último punto citado:
El
19 de marzo, The New York Times publicó que cuando Argentina se estaba
preparando para un amargo debate nacional sobre el matrimonio gay en 2009 y
2010, Bergoglio favoreció discretamente una solución de compromiso que hubiera
incluido las uniones civiles entre personas del mismo sexo.
Una
fuente para ese relato fue un periodista argentino llamado Sergio Rubin, el
co-autor con Francesca Ambrogetti de un libro-entrevista con Bergoglio titulado
El Jesuita. (Yo conocí a Ambrogetti mientras estuve en Buenos Aires. Ella me
contó la versión completa de cómo costó años para que Bergoglio, notoriamente
contrario a los medios de comunicación, estuviera de acuerdo con la entrevista)
La
versión de Rubin sobre los acontecimientos fue rápidamente negada por Miguel
Woites, director de la Agencia Informativa Católica Argentina, agencia de
noticias vinculada con la arquidiócesis de Buenos Aires. Woites insistió en que
Bergoglio “nunca” querría haber favorecido un reconocimiento legal de las
uniones del mismo sexo y dijo que la noticia de el Times era un “completo
error”.
A
este respecto, tres fuentes en Argentina me dijeron que el Times básicamente
tuvo la razón: Bergoglio, de hecho, sí estuvo a favor de las uniones civiles.
Esto
fue confirmado “on background” [1] por dos altos funcionarios de la Conferencia
Episcopal de Argentina, quienes trabajaron junto con Bergoglio y tomaron parte
de discusiones entre bastidores mientras la conferencia trataba de formar su
posición al respecto.
“Bergoglio
apoyó las uniones civiles”, me dijo uno de esos funcionarios.
Mariano
de Vedia, un veterano periodista de La Nación, ha escrito durante años acerca
de la iglesia y el estado en la Argentina y dijo que él puede confirmar que la
posición de Bergoglio había sido correctamente descrita en el relato del Times.
Guillermo
Villarreal, un periodista católico en Argentina, dijo que era bien conocido en
aquel tiempo que a la posición moderada de Bergoglio se enfrentaba el arzobispo
Héctor Rubén Aguer de La Plata… La diferencia no era en torno a si oponerse al
matrimonio gay, sino a si habría que hacerlo ferozmente o había espacio para un
compromiso sobre uniones civiles.
Villarreal
describió el conflicto sobre el matrimonio gay como el único voto que Bergoglio
perdió durante sus seis años como presidente de la Conferencia.
Entre
bastidores, las fuentes dicen que Bergoglio trato de evitar “fuegos
artificiales” sobre el tema del matrimonio gay. Un joven católico me dijo, por
ejemplo, que él quiso organizar un rezo público del rosario en la víspera de la
votación delante de la cámara legislativa, sabiendo que los defensores del
matrimonio gay estaría ahí también y la oración podría ser una provocación. Le
escribió a Bergoglio pidiéndole consejo, me dijo, y Bergoglio le llamó
directamente sugiriéndole que rezaran mejor en casa.
Oesterheld
sugirió que Bergoglio se mantuvo junto con la línea más dura adoptada por la
mayoría de la Conferencia Episcopal, aunque no era su propio instinto.
“En
ese momento, hubo diferentes opiniones dentro de la Conferencia Episcopal sobre
el grado de apertura de la iglesia [ante soluciones de compromiso]“, dijo
Oesterheld. “El cardenal estuvo de acuerdo con lo que la mayoría quería. Él no
impone sus propios puntos de vista. Él nunca expresó públicamente sus
sentimientos sobre el asunto, porque no quería parecer que estaba rebajando la
posición común de los obispos”.
Traducción
de TD
[1]
Término de la jerga periodística useña, viene a significar que acerca de la
idea central de la noticia se puede informar (y la fuente), pero citas directas
no se pueden utilizar.