La misión de Francisco: desmitificar el
papado
Francisco en la misa de los bomberos y policías, como "uno más".
LA NACIÓN Viernes 29 de marzo de 2013
Por Nicole Winfield | Agencia AP
ROMA.- Prefiere identificarse como "Bergoglio" cuando habla con
los amigos, parece reticente a llamarse a sí mismo papa y decidió vivir en el
hotel de Santa Marta en lugar del suntuoso departamento papal en el Palacio
Apostólico.
Parece como si el papa Francisco se negara un poco a su nueva condición
de líder de 1200 millones de católicos del mundo. O tal vez esté simplemente
cambiando la idea popular de lo que significa ser pontífice al mantener el
estilo sencillo que tenía cuando era arzobispo de Buenos Aires, de una forma
tal que podría representar amplias repercusiones para la Iglesia.
El mundo ya vio cómo Francisco se deshizo de muchas de las trampas del
papado: se niega a vestir la capa roja que Benedicto XVI utilizaba para las ocasiones
oficiales y lleva el sencillo crucifijo de metal plateado que usaba como
obispo.
Ayer, su convicción de que el trabajo del papa es servir a los más
humildes se puso de manifiesto cuando lavó los pies de una docena de jóvenes en
un centro de detención en Roma. Otros pontífices limpiaron, en algunas
ocasiones, lo pies de sacerdotes para marcar el ritual del Jueves Santo. La
tradición indica que en ese día Cristo lavó los pies de sus discípulos antes de
su crucifixión.
Acciones como éstas, a pesar de que él sólo lleva poco más dos semanas de
papado, son un aparente esfuerzo de Francisco por desmitificar el cargo de sumo
pontífice.
A diferencia de sus antecesores, no firma "papa Francisco'' al final
de la correspondencia oficial, y sólo escribe "Francisco".
Para los más cercanos sigue siendo Jorge Mario Bergoglio, y esta semana
la radio estatal de Italia trasmitió un mensaje de voz que dejó a un amigo para
desearle feliz cumpleaños. "Es Bergoglio", dice el Papa en el
mensaje.
Incluso en su primer día, Francisco no se reconoció como papa.
Al hablar ante la logia de la basílica de San Pedro después de ser
elegido el 13 de marzo, Francisco dijo a las decenas de miles de personas
reunidas ahí que la tarea de los cardenales en el cónclave fue "dar un
obispo a Roma". Un obispo de Roma es el título que más ha dicho desde
entonces, no vicario de Cristo o alguno de los otros títulos oficiales.
"Parte de esto es sólo su personalidad, a él nunca le han gustado la
pompa y circunstancia'', dijo John Allen Jr., un columnista del National
Catholic Reporter.
De hecho, el ex cardenal Jorge Mario Bergoglio nunca vivió en la mansión
eclesiástica donde se quedaba el papa Juan Pablo II cuando estaba de visita,
prefiriendo siempre sencillas habitaciones en un edificio del centro. Él mismo
cocinaba sus alimentos y se trasladaba en ómnibus.
"Para tener una visión más simple, menos grandiosa del papado,
[Francisco] parece estar diciendo: «Quiero poder relacionarme con ustedes desde
otro nivel»", dijo Anton Vrame, de la Arquidiócesis Ortodoxa Griega en
Estados Unidos.
Sus gestos y sus elecciones son, claramente, una señal de su personalidad
y de la sencillez por la que se conoce a los jesuitas, agregó.