Una vez atraparon a un monje que venía huyendo
a toda furia mirando hacia atrás.
-¡Párese! ¡Párese, don! ¡Adónde va!
El anacoreta estaba que no lo sujetaban ni a
pial doble.
-¿Qué le pasa? ¿Quién lo corre?
-¿Lo persigue alguna fiera?
Peor-dijo el ermitaño.
-¿Lo persigue la viuda?
-Peor.
-¿Lo persigue la muerte?
El anacoreta dio un grito:
-¡Algo peor que la demencia!-y siguió huyendo.
Venía atrás al galope un necio con poder.
R. P. Leonardo Castellani, “Camperas”, Ed.
Vórtice, 2003.