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martes, 5 de marzo de 2013

COMUNICADO DE LA SAPINIÈRE RESPECTO DE LA “CARTA A MONSEÑOR FELLAY”




La Sapinière
Non Possumus

Aunque desagrade al señor Jacques-Régis du Cray, la carta de Monseñor Fellay del 28 de febrero ha sido escrita por sacerdotes del distrito de Francia.

El señor Ennemond (Jacques-Régis du Cray) que pretende conocer bien a la FSSPX afirmó que ninguno de sus sacerdotes pudo haber actuado así. Él se equivoca simplemente, no todos los sacerdotes se parecen necesariamente al padre Lorans o al padre Célier. Los participantes de su foro Fecit creyeron un deber censurar nuestro anonimato. La cosa es risible cuando se sabe cómo el señor Jacques-Régis du Cray usa y abusa de él.

El señor Jacques-Régis du Cray puso en duda nuestro valor. El anonimato no es necesariamente un signo de cobardía. Para resistir públicamente a las mentiras de nuestro Superior General, juzgamos oportuno no abandonar la Fraternidad. Como le recordó Monseñor Lefebvre a Dom Tomás de Aquino, prior del Monasterio de la Santa Cruz en Brasil, luego del acuerdo de Dom Gérard: “Los bienes de la Iglesia pertenecen a Cristo Rey y no hay que malvenderlos ni dejarlos caer entre las manos de los enemigos de su reino universal”.

El anonimato no es una huida de la cruz, como lo piensa el Padre de Cacqueray en un fax interno enviado a todos los sacerdotes del distrito el 1° de marzo de 2013. La Cruz la portamos. Y es pesada. Desde hace tiempo la meditación de las angustias del corazón de NSJC por la traición de Judas se ha profundizado y ha renovado nuestra vida interior sacerdotal.

Hemos escuchado por parte de los liberales y los acuerdistas gritos de horror debido a nuestra carta. Los comprendemos sin aprobarlos. Ellos tienen un ídolo que toman por un santo y se dan cuenta que es un mentiroso. Ellos quieren que su política de adhesión a la Roma modernista sea santa porque ellos comparten su liberalismo. Más que someterse a los hechos, han preferido negarlos. Ellos no quieren ver las mentiras porque ellos no quieren concluir que esta política liberal no viene del buen espíritu.

Sí, el liberalismo es un pecado que termina por provocar ceguera. Estos gritos de horror no son más que gritos de hipócritas.  Se ofuscan por una carta anónima que denuncia los engaños repetidos de un superior hacia sus inferiores en materia grave pero no se ofuscan por la mentira. Es el mundo de cabeza. Para ellos la subversión consiste no en mentir sino en denunciar la mentira. ¡Qué moral tan extraña!

El Padre de Cacqueray, que no es un liberal pero que de nuevo es víctima de su benevolencia, en un fax interno nos reprocha nuestro “proceder objetivamente destructor”. Pero objetivamente, ¿Qué es destructor, mentir o denunciar la mentira?

El Padre de Cacqueray encuentra « grotesco » en número de treinta y siete sacerdotes que se adhieren a esta carta. Esto nos sorprende, porque él sabe mejor que nadie que el número de sacerdotes que le han manifestado una pérdida total de confianza hacia el Superior General y su Consejo sobrepasa esta cifra. Además el valor de los hechos comprobados en esta carta, no depende de los signatarios sino de testimonios oculares dignos de fe, mencionados de manera circunstancial. En fin, el padre de Cacqueray encuentra grotesco también el juicio de este capitulante: “"Hay que reconocer que el Capítulo ha fracasado. Hoy en día está bien para una Fraternidad libre en la Iglesia conciliar.”

El Padre de Cacqueray nos invita a tener una actitud “franca y respetuosa” hacia los superiores. Nosotros le preguntamos entonces, ¿cuánto tiempo habrá que soportar que se nos mienta y que se engañe a los fieles?

Excelencias, señores Sacerdotes, estimados fieles, una versión original recibida por todos los sacerdotes de la FSSPX el sábado 24 de enero de 2009 que debimos leer en el púlpito decía:

« El decreto del 21 de enero cita la carta del 15 de septiembre pasado al Cardenal Castrillón Hoyos en la cual yo expresé nuestro apego “a la Iglesia de Nuestro Señor Jesucristo que es la Iglesia católica”, y reafirmé nuestra aceptación de su enseñanza bimilenaria y nuestra fe en la Primacía de Pedro. Recordé cómo sufrimos nosotros por la situación actual de la Iglesia donde la enseñanza de esta primacía es escarnecida, y agregué: “Nosotros estamos listos a escribir con nuestra sangre el Credo, a firmar el juramento antimodernista, la profesión de fe de Pío IV; aceptamos y hacemos nuestros todos los concilios hasta el Vaticano II respecto al cual emitimos reservas””.

Pero algunos días más tarde, este pasaje se convirtió en:

« “Nosotros estamos listos a escribir con nuestra sangre el Credo, a firmar el juramento antimodernista, la profesión de fe de Pio IV; aceptamos y hacemos nuestros todos los concilios hasta el Vaticano I. Pero no podemos emitir sino reservas respecto del Concilio Vaticano II, que se quiso un concilio “diferente a los otros”.”

¿Cómo justificar tal diferencia? En esa época, Monseñor Fellay dijo a los priores que se trató de un error del Secretario General, el cual, habiendo trabajado toda la noche, se equivocó.

Pero en definitiva, después de haber suprimido la primera versión, se publicó la versión corregida que figura en todos los sitios de la Fraternidad…

Hoy en día sabemos que fue el primer texto el que representaba el pensamiento de Monseñor Fellay porque el trata de someterse a la Iglesia oficial. El jueves 29 de Octubre de 2009, el redactor en jefe del blog Osservatore Vaticano, Vini Ganimara, publicó un texto titulado “Fuerzas y debilidades de la diplomacia de Monseñor Fellay”.  Se lee allí:

 Monseñor Fellay supo adoptar progresivamente un lenguaje medido, que hace olvidar sus declaraciones del pasado por todos lados, así como también los discursos agresivos de los otros obispos de la FSSPX, y que retira las armas a la “opinión pública” episcopal (en Alemania por ejemplo) que pretende obstaculizar la buena voluntad del Papa. Este tercer punto – decisivo- ya que no hay negociación sin “dame que te doy” - muestra sus capacidades diplomáticas, al mismo tiempo que la debilidad de su margen de maniobra. Tomo un ejemplo: después del levantamiento de las excomuniones, envió por fax a todos los prioratos del mundo una “Carta a los fieles” (24 de enero 2009), conteniendo la cita de su propia carta al cardenal Castrillón (de 15 de diciembre de 2008) que había permitido el levantamiento de las censuras: “Aceptamos y hacemos nuestros todos los concilios hasta Vaticano II, etc”. Por supuesto, es la primera versión la que recibió el cardenal Castrillón. La segunda versión no es, propiamente hablando, una falsificación: es una traducción para la opinión pública de la FSSPX. http://radiocristiandad.wordpress.com/2009/12/09/dos-articulos-de-vini-ganimara-y-un-recuerdo/

Monseñor Fellay y el comunicado de la Casa General mintieron en el pasado, mintieron todavía recientemente en su comunicado, ¿por qué debemos creer que dejarán de hacerlo en el futuro? Este escándalo y esta mascarada han durado demasiado. Deben terminar y terminarán.