Creemos
que debido a la tendencia que el hombre tiene siempre al olvido de las verdades
más importantes, por atender a lo reciente, vale mucho repasar este texto, como
otros no tan recientes de Mons. Williamson, porque hasta el momento ni las
autoridades de la FSSPX, ni ninguno de sus publicistas a través de sitios y
blogs de Internet o revistas oficiales, han podido refutarlo, o afirmar que
Mons. Williamson miente o tergiversa o exagera. No. Simplemente Monseñor nos da
un análisis preciso de las “Seis condiciones” ofrecidas a la Iglesia conciliar,
donde se advierte el aflojamiento de la FSSPX en su combate por la verdad. A
cambio de este servicio, Monseñor ha sido denigrado, descalificado, insultado,
ridiculizado y expulsado de la Fraternidad, demostrando los liberales que están
adentro que sólo se mueven por reacciones emocionales y, ante su alejamiento de
la verdad, terminan por demostrar con sus diatribas y exabruptos quién permanece
en ella, y quién no.
COMENTARIOS ELEISON CCLXVIII
SEIS CONDICIONES
En una carta
oficial del 18 de Julio a los Superiores de Distrito de la Hermandad San Pío X,
su Secretario General reveló las seis “Condiciones” para cualquier acuerdo
futuro entre la HSPX y Roma. Ellas resultaron de los debates de los 39
capitulantes a principios de Julio. Sin lugar a dudas, estas condiciones
demuestran una alarmante debilidad de parte de los líderes de la Hermandad
tomados en su conjunto.
El “primer
requerimiento esencial” es la libertad para la Hermandad de enseñar la verdad
inmutable de la Tradición Católica y de criticar a esos responsables de los
errores del modernismo, del liberalismo y del Vaticano II. Muy bien. Pero,
observad hasta qué punto la visión del Capítulo ha cambiado en relación a la de
Mons. Lefebvre. Ya no es “Roma que debe convertirse porque la
Verdad es absoluta”, sino que ahora solamente “la Hermandad SPX pide la
libertad para ella misma de decir la Verdad”. En vez de atacar
la traición Conciliar, la Hermandad SPX ¿solicita ahora a los traidores que le
den el permiso de decir la Verdad? “¡Ay! ¡Que caída fue esa entonces!”
La segunda
condición exige el uso exclusivo de la liturgia de 1962. Otra vez, muy bien, en
cuanto que la liturgia de 1962 no traiciona la Fe como lo hace la liturgia
Conciliar impuesta por Roma desde 1969 en adelante. ¿Acaso no vemos ahora mismo
que Roma se está preparando para imponer a las Congregaciones Tradicionales que
se han sometido a su autoridad un “mutuo enriquecimiento” del Misal mezclando
la Misa Tradicional y la Nueva Misa”? Una vez que la Hermandad SPX se haya sometido
a Roma, ¿por qué tendría que ser protegida más que estas otras Congregaciones?
La tercer
condición exige la garantía de por lo menos un obispo. La cuestión clave aquí
es, ¿quién lo elegirá? Lectores, en el texto de cualquier futuro
“acuerdo” con Roma, vayan directamente al párrafo que se refiere al
nombramiento de los obispos. En 1988 Roma propuso que el Arzobispo presente una
selección de tres candidatos para que ellos eligieran uno. Roma entonces
rechazó a los tres. Pero, ¿cuándo entenderá la gente? Los Católicos deben
luchar y luchar siempre en esta guerra titánica entre la Religión de Dios y la
religión del hombre.
La cuarta
condición desea que la Fraternidad tenga sus propios tribunales de primera
instancia. Pero si cualquier tribunal superior es de la Iglesia oficial y puede
deshacer las decisiones de los tribunales inferiores, ¿qué decisión católica,
de cualquier tribunal de la Hermandad, podrá entonces tener la menor fuerza?
La quinta
condición desea la exención de las casas de la Hermandad del control de los
obispos diocesanos. ¡Increíble! Desde hace cerca de 40 años la Hermandad no ha
cesado de luchar para salvar la Fe protegiendo su verdadera práctica de la
interferencia de los obispos conciliares locales, y ¿ahora viene el Capítulo
General solamente deseando la independencia respecto a estos
obispos? La Hermandad ya no es lo que era, estimados lectores. ¡Está en las
manos de personas muy diferentes de Mons. Lefebvre!
La sexta y
última condición desea una comisión a ser establecida en Roma para cuidar de la
Tradición, con una fuerte representación de la Tradición, pero “dependiendo del
Papa”. ¿Dependiendo del Papa? Pero ¿acaso los Papas Conciliares no han sido
líderes eminentes del Conciliarismo? ¿O es que el Conciliarismo ha dejado de
ser un problema?
En
conclusión, estas seis condiciones son excesivamente graves. A menos que el
cuartel general de la Hermandad sea sacado de su sueño de paz con la Roma
Conciliar tal como esas condiciones lo revelan, entonces el último bastión
mundial de la Tradición católica está en riesgo de estar en vías de rendirse a
los enemigos de la Fe. ¿Será que ya pasó la época de los bastiones? Amigos,
prepárense a luchar por la Fe desde adentro de vuestros hogares. De sus hogares
hagan Ustedes fortines.
Kyrie eleison.