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viernes, 24 de julio de 2020

BORGES ACTUAL: LA CORRECCIÓN POLÍTICA EN LOS ESTADOS UNIDOS







“La gente (en los Estados Unidos) es extraordinariamente ignorante. No lee nada en su casa. Lee únicamente lo que tiene que leer para pasar un examen; lo que los profesores indican. Porque, si no, están enteramente dedicados a los shows de televisión, al baseball, al foot-ball...Tienen información aprendida, no más...Es muy raro. Y es muy triste. Porque ese país dispone de instrumentos extraordinarios. Y todo esto va agravándose. (…)

Asistí a una reunión de autores de novelas policiales de América. Enumeraron los premios del año. Había, digamos, quince premios. Primer premio del año, para la mejor novela policial encuadernada; tercer premio, para la mejor novela policial en rústica. Pero, ¿por qué no en cuerpo doce o en cuerpo catorce? ¿O en pergamino? Yo me di vuelta y pregunté a los que me acompañaban: “¿Pero qué pasa? ¿Está loca esta gente? ¿Qué importa que un libro esté encuadernado? ¿Qué criterio literario es ese?” “No”, me dijeron, “es que en los libros encuadernados, la primera edición reporta al autor el 25 por ciento y, en cambio, en la otra le toca el 40 por ciento”. “Ah”, dije, “¡esas sí son razones literarias!”. Y al dar los premios, dan el libro publicado y el nombre de los editores también. Yo estaba hablando con un autor, desde luego un autor, digamos, de menor cuantía, y él me estuvo contando cómo se hacía allí todo. Por ejemplo, uno escribe una novela y esa novela se somete a un editor. Si ese editor la rechaza, a otro. Generalmente hay una mesa de lectores que, supongamos, acepta un libro. Entonces el libro va a ser publicado. Pero antes, pasa a otra mesa. Porque el libro ha sido aprobado en general, pero ahora se trata de personas que lo leen de otro modo; ahora hay que proceder a los detalles. Entonces, comienza: “Aquí hay un personaje, digamos, que es negro. Y usted lo hace antipático. Eso puede alejar a muchos lectores”. Entonces, al negro hay que despintarlo, hay que blanquearlo. Porque si no, no se publica el libro. O si no: “Su novela está bien, pero carece de algunos elementos esenciales de la literatura moderna, como el incesto y el estupro. En todo caso, si le resulta difícil intercalar esto, ¿por qué no escribe dos páginas dedicadas al onanismo?” ¡Pero es increíble! Y los autores se someten a eso. (…)

Y parece que, fuera de Faulkner, fuera de Hemingway y de algunos otros escritores muy conocidos, desde hace mucho todos se someten a eso. Les modifican los argumentos, les mutilan caracteres. ¡Es increíble! Sobre todo porque todo el mundo lo sabe. Yo insistía: “Pero ustedes tienen que protestar; poner en ridículo a los editores”. “Pero así no se publica el libro”. Y ven todo como un negocio. Y así, admiten todo.

Y aquí también va a pasar. Porque nosotros no vamos a influir en ellos. Son ellos los que influyen en nosotros. De modo que todo lo que yo digo ahora, es una profecía de algún modo. Una profecía de lo que ocurrirá el año que viene aquí. O de lo que ya está ocurriendo”.

Jorge Luis Borges (1899-1986), Borges inédito...y profético. Revista Cuestionario Nº 38, Junio 1976.