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sábado, 6 de junio de 2020

DOCUMENTO OFICIAL ALEMÁN DENUNCIA LA FALSA ALARMA “CORONA”





FUNCIONARIO ALEMÁN FILTRA INFORME DENUNCIANDO AL CORONAVIRUS COMO ‘UNA FALSA ALARMA GLOBAL’


 Traducción de la noticia publicada por Daniele Pozzati en STRATEGIC CULTURE.

El gobierno federal alemán y los medios mayoritarios están enzarzados en control de daños luego que se filtrara desde el Ministerio del Interior un informe que desafía la narrativa establecida sobre el Coronavirus.

Algunos de los puntos claves del informe son:

• La peligrosidad del Covid-19 (sic) fue sobreestimada: probablemente en ningún punto el peligro planteado por el nuevo virus va más allá del nivel normal.
• Las personas que murieron del coronavirus son esencialmente aquellas que estadísticamente morirían este año, porque habían alcanzado el fin de sus vidas y sus cuerpos debilitados no podían con cualquier estrés cotidiano aleatorio (incluyendo los aproximadamente 150 víruses actualmente en circulación).
• Mundialmente, en un trimestre, no ha habido más de 250.000 muertes por Covid-19 (sic), comparados con el millón y medio de muertes [25.100 en Alemania] durante la oleada de influenza 2017/18.
• Obviamente, el peligro no es mayor que el de muchos otros víruses. No hay evidencia que esto fuera más que una falsa alarma.
• Parece surgir un reproche tras estas líneas: Durante la Coronacrisis, el Estado se ha probado a sí mismo como uno de los mayores productores de Noticias Falsas.

Hasta ahora, malo. Pero se pone peor.
  
El informe se enfoca en las “múltiples y duras consecuencias de las medidas por el coronavirus” y advierte que estas son “graves”.
  
Están muriendo más personas por las coronamedidas impuestas por el estado que las que mueren por el virus.
  
La razón es un escándalo en curso:
  
Un sistema sanitario alemán enfocado en el coronavirus está posponiendo cirugías vitales o reduciendo tratamientos para pacientes no-coronavirus.

Berlín en Modo Negación. Los científicos se defienden.

Inicialmente, el gobierno trató de descalificar el informe como “la obra de un empleado”, y su contenido como “su propia opinión”, mientras los periodistas cerraban filas, sin preguntar, con los políticos.

Pero el informe de 93 páginas titulado “Analyse des Krisenmanagements” (Análisis del manejo de crisis) ha sido proyectado por un pánel científico nombrado por el ministro del interior y compuesto por expertos médicos externos de varias universidades alemanas.

El informe fue iniciativa de un departamento del ministerio del interior llamado Unidad KM4, y encargado de la “Protección de infraestructuras críticas”.

Es aquí también donde el funcionario alemán devenido en denunciante, Stephen Kohn, trabaj(ó), y de donde lo filtró a los medios.

Los autores del informe presentaron un comunicado conjunto ya el 11 de Mayo, censurando al gobierno por ignorar el consejo de los expertos, y pidiéndole al ministro del interior comentarios oficiales sobre la declaración conjunta de los expertos:

“Las medidas terapéuticas y preventivas no deberían traer más daño que la misma enfermedad. Su objetivo debe ser proteger a los grupos de riesgo, sin afectar la disponibilidad de la atención médica y la salud de la población general, como infortunadamente ocurre.

Diariamente nosotros en la práctica científica y médica estamos experimentando los daños secundarios de las medidas por el coronavirus en nuestros pacientes.

Por tanto le pedimos al Ministerio Federal del Interior que comente sobre nuestro comunicado de prensa, y esperamos una discusión pertinente respecto a las medidas [por el coronavirus], una que lleve a la mejor solución posible para toda la población”.

Al cierre de este escrito, el gobierno alemán aún no ha reaccionado.

Pero (tristemente) los hechos están vindicando las preocupaciones de los expertos médicos.

El 23 de Mayo, el periódico alemán Das Bild titulaba: “Dramáticas consecuencias de las medidas por el coronavirus: 52.000 operaciones de cáncer retrasadas”.

Dentro, un doctor en medicina advierte que “sentiremos los efectos colaterales de la coronacrisis durante años”.




Dispararle al denunciante. Ignorar el mensaje.

Como informara Der Spiegel el 15 de Mayo: “Stephan Kohn [el informante] ha sido suspendido del cargo. Se le aconsejó buscar un abogado y le fue confiscado su ordenador de trabajo”.

Originalmente, Kohn había filtrado el informe el 9 de Mayo a la revista liberal-conservadora Tichys Einblick, uno de los medios alternativos más populares de Alemania.

La noticia del informe fue tendencia en Alemania durante la segunda semana de Mayo, pero ya en la tercera semana los medios y los políticos parecían absteniéndose de discutir el asunto rehusando comentar sobre él.

Fue emblemática la postura tomada por Günter Krings, el representante del ministro del Interior Horst, el jefe del denunciante: Preguntado si trataría seriamente el documento, Krings replicó:

“Si empiezas a analizar documentos como ese, entonces pronto estarás invitando a los hombres con sombreros de papel aluminio a las sesiones parlamentarias”.

Hombres con sombrero de papel aluminio (Aluhut en alemán) es un término usado para describir a las personas que creen en teorías de conspiración.

De hecho, un artículo en Der Spiegel tratando del movimiento de protestas contra el coronavirus y las consecuencias del informe filtrado contenía la palabra “conspiración” no menos de ¡17 veces!

Y ninguna discusión sobre los temas suscitados por el mismo informe.

Fuera de Alemania, la noticia pasó desapercibida.


El movimiento de protesta – o “Corona-Rebellen”

Protestas en Alemania contra el confinamiento

Tan temprano como el mes de abril, los alemanes comenzaron a protestar contra el confinamiento.

Y miles de ciudadanos se han visto en manifestaciones cada fin de semana, incluso cuando el gobierno mitigaba las restricciones.

Las manifestaciones no eran solamente contra las restricciones, que para la época eran comparativamente blandas comparadas con muchos otros países occidentales.

Las manifestaciones cuestionaban toda la narrativa del coronavirus, y aun más sus principios, especialmente el rol jugado por Bill Gates como el segundo mayor donante para la OMS (el primero desde que Trump suspendió la contribución estadounidense).

De hecho, la mayor de tales manifestaciones tuvo lugar en Stuttgart el 9 de mayo, donde decenas de miles de personas se congregaron para decirle NO al Nuevo Orden Mundial.

Los alemanes están diciendo NO a cualquier solución orwelliana que el gobierno pueda imponer un día a partir de un cuestionable “estatus de emergencia”, desde aplicaciones de vigilancia masiva hasta vacunación obligatoria.

El informe filtrado ha probado que sus temores están bien fundados.

Al menos mientras concierna a la naturaleza falsa de la “Coronapandemia”.

Pronto podrá verse el resto.