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viernes, 27 de junio de 2014

LA HIPOCRESÍA, EN UN MUNDO DE APARIENCIAS





“La hipocresía es la gran tentación desde hace quinientos años, si lo pensamos bien. La Cristiandad ha estado presente durante mil años pero con Lutero empieza su declive. A partir de ese momento hay que aparentar el ser cristiano. Desde entonces se van encadenando una serie de sistemas hipócritas. Por ejemplo el protestantismo, el jansenismo, el liberalismo, el comunismo, el modernismo, el neomodernismo…y ahora el tradicionalismo corre el peligro de caer en la hipocresía. Sí, ustedes, mis semejantes, mis hermanos, –como dice Baudelaire- ustedes y yo estamos amenazados, acechados por la hipocresía, es decir la tentación de establecer una religión, una tradición de apariencias más que una tradición de substancia. Estemos atentos a la realidad, a la substancia, y no nos dejemos vencer por este pobre mundo que nos rodea. (…)

Nuestra Señora habló así a los niños de Fátima: “Rezad por los pobres pecadores que van al infierno porque nadie reza por ellos”. A ustedes y a mí, queridos amigos, Dios nos ha dado la fe. Pues bien, nos toca a nosotros rezar por los millares de pobres hombres que actualmente se encuentran en una confusión extrema. Pero confiemos. Nuestra Señora tiene al demonio bajo sus pies. Y no es Ella la que se dejará vencer. Basta con que recurramos a su protección. Nuestra Señora también pondrá al demonio bajo nuestros pies con tal que permanezcamos unidos a Ella”.

Mons. Williamson. Sermón en Econe, 29 de junio de 2007.