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miércoles, 25 de diciembre de 2013

SAN PABLO, EL APÓSTOL Y SU MINISTERIO


“Por lo cual, teniendo nosotros este ministerio, en virtud de la misericordia que hemos alcanzado, no decaemos de ánimo, antes bien, desechamos lejos de nosotros los indecorosos disimulos, no procedemos con artificio, ni alteramos la palabra de Dios, sino que, por medio de la predicación de la verdad, nos recomendamos a la conciencia de todo hombre delante de Dios”


Epístola II a los corintios, 4, 1-2.