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PRESENTACIÓN



 PALABRAS DE INICIO

¡DESPERTAD!



Creemos necesario ofrecer al lector ciertas aclaraciones sobre el presente blog, ante la confusión reinante en el mundo de Internet. Pretendemos hablar claro, “sí sí, no no”, como lo enseña la Santa Escritura, por eso lo hacemos desde el comienzo de este espacio, para evitar precisamente las confusiones.

Somos fieles católicos hispanoamericanos, tradicionalistas y lefebvristas. Por lo tanto, somos antiliberales, antimodernistas y contrarrevolucionarios. Tampoco somos sedevacantistas.

Cuando decimos lefebvristas queremos que se entienda -por si todavía hiciere falta- que no existe la “Iglesia lefebvrista” ni la “doctrina lefebvrista”, sino un ejemplo de vida coherente al servicio de la Iglesia, en el combate por la verdad y la fe íntegra tal como la enseñó Nuestro Señor Jesucristo a los Apóstoles y la transmitió la Iglesia hasta antes del Concilio Vaticano II. Es el ejemplo de catolicidad de Mons. Marcel Lefebvre, de su inextinguible antiliberalismo, de su accionar contrarrevolucionario, lo que deseamos que continúe en la Tradición católica.

Pensamos que las evidencias son más que suficientes para admitir que ya no se puede identificar del todo al “lefebvrismo” –por lo menos en el sentido de la defensa inclaudicable de la verdadera fe contra el modernismo de la Roma conciliar- con la FSSPX. Hay lefebvristas en la FSSPX, pero ésta ya no lo es.


La expulsión de Mons. Williamson es la gota que rebalsó el vaso, es el quitarse la máscara y afirmar lo que algunos han venido denunciando desde hace mucho tiempo.
Aunque no hacemos el blog  ni para atacar ni para defender a la FSSPX –como sí lo hacen otros sitios y blogs que son del público conocimiento-, sí atacaremos al liberalismo allí donde se encuentre. Ser católico en estos tiempos es ser también antiliberal. Es hora de que esto se entienda.

Para sostener esta guerra –oh, esa palabra ya en desuso- se ofrece aquí  documentación combativa, información y opinión, no chismerío irresponsable, no rumores insensatos. No ofrecemos de nuestra parte Teología, porque no nos ponemos a ejercer de teólogos ni maestros, como tantos con su soberbia irresponsable hacen en infinitos sitios y blogs de internet; no pretendemos ser “cirujas” ni chatarreros del rejunte, recorte y subida a la pantalla sin tener antes un claro discernimiento de lo que se vierte. Dicho esto, no se descartan los artículos de opinión –o aún de humor- que puedan conducir a la reflexión sobre los hechos que se suceden en las filas de la tradición católica y su actual combate. Se aceptan y se dan a conocer las opiniones meditadas y fundamentadas, no las lanzadas súbitamente al aire como producto del temperamento herido, ni aquellas que han partido de principios erróneos, aunque su razonamiento sea lógico. Creemos, como decía Chesterton, que antes de entrar a la Iglesia hay que sacarse el sombrero, pero no la cabeza. Lo mismo decimos a la hora de leer documentación oficial o noticias públicas. No queremos que nadie piense por nosotros. No nos pide ni enseña eso Nuestro Señor Jesucristo. 

Destinamos principalmente el blog, por un lado, a los que emprenden ahora o han emprendido ya, el buen combate contra esta nueva variedad de liberalismo-católico, que podemos denominar “LIBERALISMO-TRADICIONAL”, o, para decirlo en otras palabras, la “LINEA-MEDIA” en la cual de a poco se va transformando la FSSPX.

Por el otro, entregamos estos documentos y noticias a los fieles y sacerdotes de la FSSPX por quienes tanto afecto profesamos, pero que aún están dormidos por esa especie de gas paralizante que es el lenguaje liberal, tibio, contradictorio, ambiguo, pseudo-tradicional, anestesiante, que desde hace unos años a esta parte se esparce por los comunicados y publicaciones oficiales en relación a la “regularización canónica” por parte de la Iglesia conciliar. A estos que se han olvidado que estamos en una guerra –aunque el liberal sea capaz de sugerirlo para renglón seguido pedir al enemigo (ahora amigo) la tolerancia-, a éstos que no entienden aún que están siendo llevados a adoptar principios masónicos (el “tolerantismo” del que ya hablaremos) con ropajes tradicionales –y probablemente ambos deseos sean sinceros ¡eso es lo peor!- a estos les brindaremos la información necesaria que  hará ver –al que quiera ver- la contradicción entre el ejemplo de Mons. Lefebvre y el que da ahora Mons. Fellay. Con todo el respeto que la investidura y la persona de éste nos merece. Algo que ha enseñado la misma FSSPX es que cuando se critica al Papa se lo hace en tanto modernista, no en tanto Vicario de Cristo.

Lo decimos nuevamente: ESTAMOS EN GUERRA.

Sabemos que la FSSPX es un instrumento que Dios suscitó para mantener la fe y el sacerdocio católicos, en el momento de la mayor crisis de la Iglesia en toda su historia. Pero como todo instrumento, puede deteriorarse, romperse, echarse a perder. Y para esto no hacen falta los acuerdos ni los enemigos externos. Como ha ocurrido con la Iglesia, la táctica de Lucifer es la “autodemolición”. Basta una gota de liberalismo no limpiada a tiempo, para corromper generalizadamente al cuerpo. “Desorientación diabólica”, la llamó Sor Lucía de Fátima. El liberalismo es un cáncer de la inteligencia.

Queremos también afirmar lo siguiente: no pretendemos sumarnos desde nuestro ego a la epidemia de “opinionitis” que cunde en la web, ya sea en los blogs o foros donde todo el mundo dice lo primero que le viene a la mente o coloca su opinión por el solo hecho de ser suya, ya en espacios donde se hace uso de un problema personal con alguien para dirimirse a través del escándalo.

No somos demócratas ni desobedientes. Tenemos el culto de la verdad y todo lo hacemos en vista a glorificar a Dios y salvar las almas.  No nos arrogamos ninguna sabiduría, sino que transmitimos aquello que hemos recibido de nuestros maestros. Y lo hacemos a través de un medio de comunicación que bien puede  servir para difundir la mentira y el pecado, es cierto; pero también es una herramienta muy útil en el presente combate. Es verdad, como dice el Padre Bouchacourt en un número de la revista “Iesus Christus”, que “el uso de seudónimos y del deseo de generar reacciones favorecen la calumnia y la maledicencia, como así también la difusión del error sin freno ni control”. Pero no es del todo cierto que “en realidad, internet favorece la independencia respecto de la autoridad y encuentra sus raíces en el liberalismo práctico que los Pontífices del siglo XIX y comienzos del siglo XX condenaron por igual”. No es del todo así porque la autoridad no es un absoluto –nadie mejor que Mons. Lefebvre para saberlo- y porque internet es un medio que, como la prensa anteriormente –y hoy con mayores recursos- también puede usarse para propagar la doctrina católica y combatir el error liberal.  ¿Acaso ese no es el motivo de la discordia y el odio hacia Mons. Williamson?

Contra este prejuicio o limitación de una versión “oficial” de la verdad, seguimos la invitación de Mons. Lefebvre, cuando decía: “Proteged y alimentad vuestra Fe por medio de lecturas. No me es posible citar todas las publicaciones, todas las revistas, todo lo que, gracias a Dios, ha sido suscitado por almas fervientes e inteligentes, que han comprendido la necesidad de ayudar a los fieles a conservar la Fe católica (…) No me es posible citar todo, pero, sin embargo, debemos aprovecharnos de esta proliferación bienaventurada de parte de los que desean ayudarnos a permanecer católicos” (Sermón con motivo del 60º aniversario de su sacerdocio, París, Le Bourget, 19 de noviembre de 1989).

Recordamos también a San Pío X, luchador indoblegable e inteligente contra el Modernismo, en lo que hacemos nuestro deber: “La doctrina católica nos enseña que el primer deber de caridad no está en la tolerancia de las opiniones erróneas, por muy sinceras que sean, ni en la indiferencia teórica y práctica ante el error o el vicio en que vemos caídos a nuestros hermanos, sino en el celo por su mejoramiento intelectual y moral no menos que en el celo por su bienestar material”.(“Notre charge apostolique”).

Desde nuestro misérrimo lugar, abandonados con confianza a la divina Providencia, con el deseo de dar el buen combate hasta el final, pidiendo la bendición de la Santísima Trinidad, bajo el estandarte de Cristo Rey y con los ojos puestos en María Reina y Madre de Misericordia, abrimos para la defensa de la verdad perseguida, este blog católico antiliberal, antimodernista y antifarisaico.

Octubre 2012


¡Viva Cristo Rey!

¡Viva la Virgen de Guadalupe!

A Cristo por María